Tras un par de vuelos con Czech Airlines (una compañía muy recomendable), llegamos hacia las 3 del mediodía a Atenas. Desde luego la primera impresión desde el avión: ¡pero qué grande es! y es que de extensión diría que es más grande que Barcelona, algo que jamás hubiera imaginado. Pero nos esperaba una "sorpresita" en el aeropuerto: ¡¡¡dos de nuestras maletas estaban en Macedonia!!! Por suerte, pudimos recogerlas en Mykonos:)
Nuestro albergue estaba situado en un barrio cercano al centro pero para llegar hasta allí cogimos un autobus (si mal no recuerdo el N95; 3€/pax) que nos dejó en Syntagma (una plaza central). Desde allí, con el metro llegamos a nuestra estación, y tras caminar un ratito, que la verdad, con la maleta a cuestas y con la falta de sueño que teníamos se nos hizo más largo de lo que era, llegamos a nuestro albergue Hostel Aphrodite. No tiene grandes lujos pero para pasar un par de noches era más que suficiente. Además, se podía desayunar en el albergue por 2.5€ (café, zumo, tostadas).
El primer día nos fuimos hacia el barrio de la Plaka, el típico barrio de Atenas que se sitúa a los pies del Acrópolis. La verdad es que salir del metro y encontrarte el Acrópolis iluminado fue impresionante. Y cómo no, cayeron las primeras fotos:S Una buena pita para cenar y un yogur griego con cereales y conguitos y listos para irnos a dormir.
El día siguiente era el único que teníamos para ver Atenas, así que nuestro día comenzó en el Acrópolis. La verdad es que yo me llevé chasco, pero bueno, es bonito:)
Por la tarde, vimos el cambio de guardia que a pesar de no tener nada que ver con el de Londres, no tiene desperdicio. ¡Menudas risas nos echamos!jajaja. No nos detuvieron de milagro, jajaja. Luego, dimos una vuelta por la zona, seguidos de uno de los míticos perros de Atenas¬¬ Una cena con música en uno de los típicos retsaurantes griegos y rumbo al hostal. Al día siguiente tocaba levantarse a las 4.30 a.m.
Nuestro albergue estaba situado en un barrio cercano al centro pero para llegar hasta allí cogimos un autobus (si mal no recuerdo el N95; 3€/pax) que nos dejó en Syntagma (una plaza central). Desde allí, con el metro llegamos a nuestra estación, y tras caminar un ratito, que la verdad, con la maleta a cuestas y con la falta de sueño que teníamos se nos hizo más largo de lo que era, llegamos a nuestro albergue Hostel Aphrodite. No tiene grandes lujos pero para pasar un par de noches era más que suficiente. Además, se podía desayunar en el albergue por 2.5€ (café, zumo, tostadas).
El primer día nos fuimos hacia el barrio de la Plaka, el típico barrio de Atenas que se sitúa a los pies del Acrópolis. La verdad es que salir del metro y encontrarte el Acrópolis iluminado fue impresionante. Y cómo no, cayeron las primeras fotos:S Una buena pita para cenar y un yogur griego con cereales y conguitos y listos para irnos a dormir.
El día siguiente era el único que teníamos para ver Atenas, así que nuestro día comenzó en el Acrópolis. La verdad es que yo me llevé chasco, pero bueno, es bonito:)
Por la tarde, vimos el cambio de guardia que a pesar de no tener nada que ver con el de Londres, no tiene desperdicio. ¡Menudas risas nos echamos!jajaja. No nos detuvieron de milagro, jajaja. Luego, dimos una vuelta por la zona, seguidos de uno de los míticos perros de Atenas¬¬ Una cena con música en uno de los típicos retsaurantes griegos y rumbo al hostal. Al día siguiente tocaba levantarse a las 4.30 a.m.