miércoles, 19 de abril de 2023

Día 11 - Cairo

Último uno día completo en Egipto y para no variar, toca madrugar. A las 7:30 nos recoge Manar y junto con Inés, ponemos rumbo a la Ciudadela de Saladio, fortaleza que como en todas las ciudades se encuentra en uno de los puntos más altos. Allí también podemos disfrutar de la mezquita de Mohammed Ali, de estilo turco.



Me choca ver lo que para mí son faltas de respeto a otras culturas y religiones: mujer s sin cubrirse el pelo ni los hombros, gente que simula rezar en la mezquita,... Creo que más allá de tus creencias y opiniones, al menos a estos niveles, está primero el respeto al otro. Donde fueres, haz lo que vieres.

Antes de marcharnos, vemos la vista panorámica de Cairo. Se pueden incluso ver las pirámides al fondo, entre la bruma y la contaminación. Se puede apreciar la extensión de la ciudad que alberga a más de 20 millones de habitantes.

Finalizada la visita, nos volvemos a acercar al mercado Jan el-Jalili. Lo que cambia una misma zona de la ciudad de noche al día. Parece otra ciudad. Se puede pasear tranquilamente sin que te atropelle la gente. Así que, además de pasear, aprovechamos para comprar algún que otro souvenir en el Camel Bazaar,ordi. Sabiendo de antemano que no son productos de calidad (pero como tampoco lo son en otros puestos), da gusto comprar sin regatear, a precios que pq q nosotros son irrisorios y con gente tan honesta: nos hace el cambio oficial de los euros (1€=33LE y no las 25 que suelen hacer). Y además, quería redondear a la baja.  Además, le preguntamos por un producto que estamos buscando y que no tiene y nos indica dónde hay. Super recomendable.

En la segunda mitad de la mañana, nos dirigimos hacia el barrio de Copto, el barrio ortodoxo de la capital. Es curioso ver cómo conviven ambas religiones, aunque esta segunda es prácticamente residual, solo un 10% de la poblacion. Al ser semana santa, se ve cómo todas las mujeres van de negro riguroso. Curioso que todo lo que se ve es reconstruido y nada es original, sino que lleva aplicada o una reconstrucción o una remodelación. Nos cruzamos a un señor a la entrada del barrio que, sinceramente a la salida no pintaba muy bien y creo que la ambulancia que vimos más tarde nos lo confirma.


Ya es mediodía así que antes de continuar una parada para reponer fuerzas: sopa verde, hummus, babaganoush, kofta,... Bien rico. Además de descansar, hacemos unos amigos de cuatro patas: michis que tienen hambre (o más bien que están acostumbradísimos a no cazar y comer de mano de los turistas).

Con la tripa llena, última parada del día: el museo egipcio. El trayecto nos sirve para descansar un poquito, sobre todo a Inés que va muerta matada. La comilona o el cansancio acumulado. Visitamos con Manar los puntos clave: el antiguo Egipto, el medio y el alto, pero sobre todo, nos centramos en Tutankamón ya que es de lo poco que queda en Egipto, puesto que entre los saqueos oficiales y los no oficiales, poco queda en el país. A modo de curiosidad y referencia, un puzzle que h nos cogido a la mañana en la tienda Jordi por 45LE,  en el museo, el mismo, 250LE. Juzguen ustedes mismos.


Nos despedimos tanto de Inés como de Manar. La verdad es que ha sido la mejor guía que hemos tenido en todo el viaje: con mucho conocimiento, con ganas de dar a conocer su país así como de conocer otras realidades, con calma a los sitios atenta, dispuesta a todo, y haciendo la revolución. Necesitamos a más chicas como Manar por el mundo. Porque no lo dijo pero me juego la mano a qué fácil no lo está teniendo ni en su familia ni en la sociedad en la que vive po sólo trabajar y buscar su independencia. Una chica avispada, lista, que tiene claro lo que quiere. Lo que te cambia la vida según dónde naces....

Aprovechando las últimas horas de luz solar, son damos un chapuzón y un poco de vuelta y vuelta y lectura. Último atardecer egipcio. Y empieza el show de la noche aunque no lo supiéramos en ese momento.🤣🤣🤣

Nos habían dicho que desde el último puso del hotel hay una buena vista de la ciudad así que ahí que vamos. Según salimos del ascensor vemos que igual no podemos entrar, pero la chica nos ve y nos anima a pasar...hasta que nos mira los pies: nada de chancletas.🙈🙈🙈 Mientras nos damos la vuelta, abordamos misión con el bañador de colores que venía en marcha. Un acicalamiento rápido, es decir, nos calzamos y volvemos a subir con mejores galas (eso lo diríamos nosotros porque...🤣🤣🤣). Esta vez pasamos el filtro así que podemos ver la ciudad).

Bajamos a recepción en busca de de pan para la cena. Hace falta a tres personas del hotel para poder indicarnos que puede que a la izquierda vendan pan. Creo que no es una pregunta habitual... Allí íbamos a ir puesto que ya habíamos visto que había un puestecito de patatas y bebidas. Así que ahí vamos en comandita por si acaso y vemos que efectivamente, hay un puesto de pan. Le preguntamos el precio y que 1€ 1 pan. Le decimos que en libras egipcias y erre que erre. Así que, como
H no nos da la gana de que nos tienen, media vuelta. A por el plan B: intentamos buscar otro puesto de pan pero no vemos nada así que directos a por unas patatitas en otro puesto. Confirmamos el precio y nos resulta increíblemente barato así que cogemos algunas bolsita y vuelta al hotel. Al entrar al hotel el conserje nos pregunta por el pan y le decimos que sí que había pero que nos querían tomar. Al decirle el precio alucina y nos hacen el favor de comprarnos ellos. Agradecidos subimos a la habitación cuando vamos asimilando que, tal vez, la barrera lingüística (y los prejuicios) han jugado en nuestra contra: el panadero quería decir 1 pan 1 libra egipcia y nosotros pensando que nos quería timar.🙈🙈🙈 A nuestro favor decir que su lenguaje no verbal no era amigable. La historia, al menos, nos sirve para aderezar el picnic de cena que nos hacemos en la habitación, junto con unas cervezas que pedimos para rematar.

Últimas horas para organizar la maleta y una buena ducha. Mañana toca volver.

lunes, 17 de abril de 2023

Día 10 - Cairo, pirámides de Giza

Cuesta hasta ponerse las lentillas. Ni 4h hemos podido apoyar la cabeza en la almohada. Cuesta arrancar. Incluso después del desayuno cuesta situarse y ser medio persona. Pero a las 8, llega la furgoneta donde conocemos a Inés, una dominicana, y Manar, la guía.


Nos vamos hacia Giza para comenzar la visita de las 3 pirámides: Keops, Kefren y Micerino. Nos debatimos sobre si entrar o no, debido a que al parecer la entrada es muy angosta. Sin embargo, Manar nos comenta que es bastante factible hacerlo, que entran dos personas, así que decidimos comprar las entradas para entrar a la pirámide de Kefren y si en el momento no lo vemos claro,darnos la vuelta.


Así, llegamos a Giza y tras una pequeña cola, entramos. Impresiona ver el tamaño de las pirámides (unos 140m de alto y 230m cada lado de la base. En comparación con la gente, se ven enormes. Visitamos Kefren y es momento de entrar. El camino se hace llevadero: en apenas 5 minutos se llega a ver el espacio donde está el sarcófago; tramos en los que incluso se puede poner de pie. Una experiencia recomendable. Una vista panorámica antes de ver la esfinge, que también sorprende por su tamaño. No sé qué esperaba pero si me sorprenden en tamaño, al igual que pensaba que no íbamos a poder sacar una foto decente por el gentío que se veía pero se consigue con algo de paciencia.


Ya de vuelta, parada de rigor en una tienda de papiro, parada que aprovechamos para comprar las patatitas que más tarde van ser parte del aperitivo. Siempre hay que probar las patatas de otros lugares y averiguar que sabores hay en ese país.

Así que, con todo hecho y con un cansancio bastante considerable, vuelta al hotel. El plan está claro: piscina, cerveza y patatitas en la hamaca. ¿Hay a caso plan mejor? Yo creo que no. Así que bañito en la piscina que está calentita y a descansar un rato, que la tarde llega cargadora.

Ya habiendo descansado y con una ducha en el cuerpo, nos vamos al Cairo Antiguo. Nos juntamos con una pareja Mexicana de Sinaloa. Salimos algo antes de romper el ayuno. Hay hordas de gente en todos los sitios. La verdad es que es alucinante el gentío que hay. Mires donde mires está lleno de coches y de gente. Vemos cómo rompen el ayuno junto a la mezquita, en familia. Impresiona verlo con tus propios ojos. La gente describe Cairo como caótica y para mí, no es cuestión de caos. Es otra cosa

Paseamos por Khan el-Khalilii los alrededores, tomamos un té en el conocido café el fishawi (donde me juego la mano izquierda, por si acaso, a que los de la mesa de enfrente no eran de muy lejos; y eso que iban sin Quechua, 🤣🤣🤣).

Seguimos callejeando, viendo cómo eran antaño las casas, gente disfrutando de la noche. Pocos turistas vemos por ahí: otro grupo y poco más. Sí que somos un poco 'la atracción' de la zona. Vemos como por cada paso policial es preciso 'saludar' y quien dice saludar dice untar. Se mueven así.
Una gozada ver algo de realidad. Ver cómo vive el 90% de la población. Al final es de lo que se trata viajar ¿no?

Antes de irnos a cenar, pasamos por un cementerio. Curioso cómo es esta especie de cementerio público en el que hay fosas comunes para hombres por un lado y para mujeres por otro y está custodiado por una familia. Al final, el respeto a la muerte y la forma de convivir con ella tiene mucho que ver con la cultura del lugar. Para finalizar, nos acercamos al monumento de los soldados caídos, donde asesinaron al presidente Sadat.

Nos acercamos a un shawerma a cenar. Lo que entendemos que es una cadena de comida (kazaz) y entre charla y charla y bocado y bocado, conversamos sobre la gastronomía mexicana. Muy típico lo de estar comiendo y hablar de comida.😅😅😅 Al terminar, nos despedimos de ellos y a descansar.

domingo, 16 de abril de 2023

Día 9 - Luxor, orilla oriental

Último día en el Nilo. Dejamos todo preparado para decir adios al barco. El tiempo nos da una tregua. Incluso hace fresquito al iniciar las visitas del día.

El día comienza visitando los templos de Karnak. Lo cierto es que es inmenso. 3.5km². Recorremos el complejo por el eje central conociendo las diferencias de los templos. Parece que poco a poco algo vamos conociendo. También damos las vueltas de rigor al escarabajo. Por si acaso.🤣🤣🤣 Entre los visitantes, nos cruzamos con una influencer oriental que va acompañada de Duffy.

Después, una visita a una casa de esencias. Cómo no, caemos. Es que es complicado no caer con 'El matador'. 😬😬😬 Alguna debilidad habrá que tener. Con nuestros alijos ya en las mochilas, nos vamos hacia el templo de Luxor en plena Corniche. Templo romano que está conectado con Karnak a través de la avenida de las esfinges. Y vemos la técnica depurada de restauración que emplean uno de los trabajadores: palo largo y cepillo de fregar. Cuanto menos, ingenioso.

Acordamos con el conductor reunirnos un par de horas después y nos adentramos, primero, en el zoco turístico. Pero si vais, al acabar, cruzada la calle: se os abre una puerta a otro mundo. Ese Egipto que por lo que estamos viendo, intentan evitar a toda costa que veas: telas, comida, bisutería, ferreterías,... Echaba en falta ver realidad en el viaje. Ver eso que no se muestra, de lo que no se habla. Hay miradas que se quedan en la memoria. Cuan diferente es la vida según en qué lado del mundo caes.
Buscamos algo para comer antes de irnos pero lo de pagar un cuarto de pollo 6€ como que no, la verdad. Así que acabamos creo que donde todos los turistas: McDonald's 🙈🤣🤦‍♀️. Eso sí, con parsimonia no vaya a ser que vaya todo a la velocidad de la luz.

De vuelta al barco, tenemos unas horas por delante así que nos subimos a la terraza: sol, hamaca, libro, chapuzón. Había que probar el charquito de este barco.😬😬😬


17:30, rumbo al aeropuerto pero como en todo viaje, algo tiene que pasar: el vuelo se ha retrasado 3 horas. Intnwtamoa cambiar al de las 19:30 pero no hay suerte así que como podemos, hacemos tiempo: leer, unas almendritas, intentar no quedarnos dormidas en la mesa,.... Incluso algún pequeño incidente con una manilla. Según llegamos al avión, caemos secos. Justo justo abajo un ojo para coger el agua. El resto del vuelo, solo nos falta roncar. Pasada la media noche, llegamos a Cairo donde nos recoge Mohammed. maletas y al hotel. Mañana, vuelta a madrugar (aunque han tenido a buena consideración retrasar una hora la salida).


Día 8 - Luxor, orilla occidental

Vamos con otro madrugón. 7:30 salimos para descubrir la orilla occidental: el valle de los reyes y reinas. Según salimos, se nota el fresquito, y no es ironía. El día ha amanecido nublado y con viento tras la tormenta de arena y se agradece una manga larga 

Se nota el cansancio y el viaje hasta allí sirve de descanso y ocio. Por el camino, vemos incluso un camión de camellos. Se agradece el frescor del día.

En el valle de los reyes y reinas, visitamos las tumbas de Ramses III,... Nos sorprende el estado de conservación, la disposición de los túneles así como la propia arquitectura de las mismas. En algunas de las tumbas se nota el hecho de estar a varios metros bajo tierra: el ambiente está caldeado y al salir se agradece el oxígeno.

Al finalizar la visita, para obligatoria en una tienda de alabastro. El momento Disney... casualidad los hemos debido de pillar en el descanso. Tras cierto regateo y con los recuerfos en las mochilas, rumbo a la siguiente parada: el templo de Hatshepsut, único templo dedicado a una reina.

Y aquí ya, se nota cómo aprieta el calor. Y no solo eso: se empieza a ver a los primeros achicharrados. Todavía no hemos aprendido nada al parecer. Localizamos a Hathor en sus varias formas (para algo que estamos interiorizando....). Finalmente, antes de volver vemos el templo de amwdinet Habu de Ramses III y los colosos de Mennon, o lo poco que queda de ellos. Ya habíamos detectado que los vendedores no entran a los templos bi zonas turísticas pero es que físicamente hay una ralmya dibujada en el suelo para delimitar el paso.
La segunda mitad del día nos dedicamos al relax. Tras una buena comida, por fin, una pequeña siesta. Un ratito de ocio en la cubierta antes del café de la merienda. Nos queda el último atardecer en el Nilo. Ya solo queda, hacer la maleta. Así que antes de cenar, bajamos para poner todo en orden. Los chicos de las habitaciones nos ven cómo vamos al camarote y sonríen: y es que, ¡esta vez nos esperaba algún familiar de Dumbo!

Última cena con todo recogido. Tras la cena, pasamos pro el bar donde supuestamente hay danza del vientre aunque nos encontramos con otro tipo de baile. Al ratito, ya sí que sí, fin del día. Eso sí, ¿Quién faltaba? ¡El mono! Con poco nos veamos de risa. Todo hay que decirlo. Mañana, último día en Luxor e inicio del tramo final.

viernes, 14 de abril de 2023

Día 7 - Kom Ombo - Edfú

En Egipto el día arranca con los primeros rayos del sol así que, como es habitual, bien temprano rumbo a Kom Ombo. Desayunamos mientras atracamos. Primera para del día para ver el templo de Kom Ombo. Poco a poco nos vamos familiarizando cada vez más con Horus, Sobek y algunos dioses y faraones más. Ya vamos diferencianfo cabeza de halcón de cabeza cocodrilo, si son hijas o no. Pero de toda la información retenemos unos pocos detalles cada vez. Como las tres representaciones del agua, por la ejemplo.


Entre columna y columna, el guía pregunta por novios y como nunca hay que perder oportunidad de instruir en cualquier sitio del mundo y menos después de la conversación en la que al preguntar por dónde están las niñas que no estaban jugando en el río menciona que en casa por protección y cariño, evidentemente una es firme en la respuesta de que novio no, novia, María. Siempre aprovechando las oportunidades.😬😬😬 Antes del barco pasamos por el museo del cocodrilo.


Tenemos algunas horas de descanso en el barco antes de la próxima salida. Pero al llegar, de vuelta a recepción. Pequeña fuga de agua. Y mientras vienen para arreglarlo, como si no hubiera otro sitio, eso se convierte en el Camarote de los hermanos Marx. Aprovechamos el momento para repasar los apuntes que tenemos. Está siendo complicado retener tantos conceptos.

Puesto que estamosen el barco, aprovechamos para un pequeño aperitivo homemade oteando el Nilo. Pequeños placeres de la vida.
Con la comida oriental en la tripa, volvemos a salir esta vez para visitar el templo de Edfú dedicado a Horus. Eso sí, como no queríamos ir en calesa, hemos tenido el viaje en el coche de la muerte: digamos que conducir por el carril correspondiente está sobrevalorado al igual que el llegar a destino con todos los dientes.

A pleno sol y buscando la sombra constantemente visitamos el templo de Edfú. Incluso los chakras hacen presencia. De vuelta al barco, una pequeña parada técnica para que el guía haga un recado (teniendo en cuenta que quedan 7min para zarpar...). Parada en la que vemos la sucursal de Sagaspe. Y ya, solo queda una tarde de descanso por delante incluso una merienda en el bar.

Antes de cenar, observamos el último atardecer en navegación. Tras la cena egipcia (riquísima), volvemos a subir a cubierta: estamos en la esclusa de Esna. Así que tras media hora de maniobras salvamos los 10m de diferencia que hay entre un lado y otro.

Pero quedaba la última sorpresa del día: al llegar a la habitación, descubrilos que no estamos solos. Tenemos nuevo compi.

jueves, 13 de abril de 2023

Día 6 - Aswan

Hoy toca dejar el crucero del lago Nasser. Pero no sin antes disfrutar del último desayuno. Ya casi es un ritual.

Con todo preparado, a las 8:00 nos juntamos con el guía.y la familia canaria. Por la mañana vamos a visitar el templo de Kalabsha. 20min en barca nos permiten ver la alta presa de Aswan a lo lejos.

A la llegada, vamos visitando las distintas partes del templo. Vemos vestigios de cómo los cristianos llegaron hasta esta zona. Además, podemos apreciar también una inscripción meroítica.
Poco a poco vamos haciéndonos con conceptos de faraones y dioses egipcios. Ya vamos distinguiendo a Hator de Isis y Osiris.

La calorina del día se empieza a notar y aunque la vuelta la hacemos sobre las 9:30 de la mañana, el calor aprieta. De vuelta al barco para finalmente desembarcar. Pero antes, tenemos suerte de coger algo de wifi para comunicar que seguimos vivos. Habíamos estado sin cobertura y no contábamos con ello.

Comienza nuestra mañana en Aswan tras despedirnos de Hossein. De vuelta con Mohammed, nos vamos a ver la alta presa. De ahí, conocemos a Dino, quien será nuestro guía en adelante. Rumbo a Filae. El calor aprieta y se agradece cada sombra.

Pasamos hasta el embarcadero con cara de esfinges. No hay tiempo ni energia que perder. De sombra en sombra y tiro porque me toca, vamos descubriendo las curiosidades del templo de Phiae: Hator y la alegría dibujada en su rostro al séptimo día de dar a luz, cómo con la llegada del cristianismo se destruyó una imagen de la diosa Isis con Horus en sus brazos que se asemeja a la virgen María y al niño Jesús,..  también olemos una piedra que se emplea a modo de peregrinación. Antes de dejar el templo, con la sudada y la calorina en todo su esplendor, devolvemos a un gato a su camada, que se había hecho el explorador. Un poco de agua  fría y a recuperarnos al siguiente barco para comenzar con el crucero por el Nilo.


Llegamos ya a las 13:15. Check-in rápido, dejar en las habitaciones todo (¡con un Ferrero de bienvenida incluido!) y listos para reponer fuerzas antes de la visita de la tarde, que comienza con un paseo en faluca que no da muchos e sí, ya que estás al ser de vela, en el caso de no haber viento, no pueden navegar. Así que, toca remolque hasta las a fueras y luego, hacia el poblado Nubio.



Pero antes, una parada importante para un refrescante baño en el Nilo. ¿Para qué bajar por la rampa del barco su puedes salir de un brinco? Ella, siempre elegante. Mira que a mí me gusta el agua fría pero no esperaba semejante frescor. Cuesta un poco adentrarse pero una vez pasado el punto crítico y como siempre hay que hacer meterse de cabeza, todo mejora. Un buen baño, un pequeño percance del guía a modo de cucaracha y al barco: preparados para la vida moderna o en modo comando, tras habernos refrescado, llegamos al poblado Nubio. Una zona colorida, donde teóricamente siguen viviendo los últimos nubios, desplazados del sur del país. La venta de leche al por menor resulta, cuanto menos, curiosa. Tras la visita y la compra de algún souvenir, solo queda la vuelta al atardecer por el río Nilo. Es curioso: ninguna niña bañándose en el río (ni no bañándose).

Ya en el barco, solo queda ducharse al final del día. Poner un poco de orden en la habitación (con alguna que otra visita a recepción), y acicalarse para el cocktail de bienvenida y posterior cena. Un final de día que no da ni para acabar de escribir del cansancio.