sábado, 17 de agosto de 2019

Día 23 - Bangkok

Lo que iban a ser 12h se convierten en 16h. Llegamos sobre las 10 a la estación central de Bangkok. Tardamos casi 1h más hagas llegar al hotel pero la espera merece la pena: habitación amplia, piscina, hasta nos suben las mochilas a la habitación. Lujos asiáticos.

Nos duchamos y acicalamos y nos acercamos a la zona de Lumpini Park. Pero 'first things first'. Vamos a comer un Pad Thai, para variar, pero en modo nouvel cuisine. Al acabar, damos unas vueltas por Lumpini Park pero lo cierto es que poca cosa hay que ver salvo un lagarto más largo que yo. Así que decidimos hacer algo inteligente: nos volvemos al hotel y directas a la piscina. La vida de mochilera es dura.

Así que pasamos el resto de la tarde/noche entre chapuzón y chapuzón hasta que nos parece buena idea ir al 7 eleven que están en frente. Y ahí llega nuestra sorpresa cuando una persona del hotel nos escolta para cruzar la calle hasta el supermercado. Anonadadas nos hallamos. Y más cuando vemos que nos espera hasta hacer la compra para volver a cruzar la calle sanas y salvas. Cierto es que cruzar 5 carriles a lo loco de noche, tiene lo suyo. Sólo nos queda dar buena cuenta de las patatas y cervezas en nuestra terraza hasta que se nos hace la hora de dormir.




Día 22 - Koh Pha Ngan/Bangkok

Nos espera un día vometo de viaje. Tras desayunar y cerrar las mochilas, pedimos el tuk-tuk para ir al puerto, aunque antes nos acercamos a dejar las motos y a usar el wifi de Locco's, 😝😝😝.

Llegamos con tiempo al embarcadero de Lompraya donde nos dan nuestras pegatinas para identificar nuestro destino. Las caras de resaca que se observan son dignas de ver (alguno todavía sigue con la fiesta en el cuerpo) y algún otro con el cuerpo bastante tocado pero no de fiesta, sino de algún accidente que parece de moto.

Sobre las 12, empiezan a acercarnos al barco pero lo cierto es que hasta las 12.45 no hacemos más que esperar, en un sitio o en otro. El trayecto de ferry se hace ameno y llevadero incluso con la tormenta que cae. Desembarcamos pasadas las 15.30 y nos van asignando distintos autobuses: algunos para ir al aeropuerto, otros a la estación de tren,...

Ya en la estación de tren de Surat Thani, nos queda oger fuerzas y damos buena cuenta del Pad Thai. Con la tripa llena, pasamos por el supermercado para coger algo para picar en el tren ya que nos quedan 12h hasta llegar a Bangkok.

El tren pinta mejor de lo esperado. Aprovechamos para ver series, leer y, como no, después de decirnos para montar las camas 3 veces, también para descansar. Después de haber ido a Chiang Mai en asiento, esto es todo un lujo (tren, cama superior 712thb +ferry/bus 550thb).







viernes, 16 de agosto de 2019

Día 21 - Koh Pha Ngan

La idea de hoy es alquilar motos para aprovechar bien la isla. Tras desayunar vamos a alquilar las motos pero en nuestro alojamiento ya no tienen más así que vamos a una tienda cerca del 7eleven. Nos obligan a dejar un pasaporte (en Koh Tao conseguimos dejar una fianza en lugar del pasaporte) y siendo bastante avispada la mujer, nos pregunta si es que vamos a ir a la Full Moon; evidentemente, nosotras que no, que nos vamos a las playas del norte. A ver, tampoco es una mentira, solo una pseudo verdad.😆😆😆

Tras probar las motos, ponemos rumbo al norte. La idea es hacer una primera parada en Haad Kom, la playa de coral. Nos vamos medio orientando hasta que llega un punto que nos parece que estamos muy lejos así que decidimos preguntar: y tan lejos como que en lugar de estar en el norte estamos en la zona del puerto, al otro lado de la isla. Lo que son las indicaciones en carretera aquí como que no se llevan.

Así que desandamos el camino por la cosa y vamos directamente a Mae Haad para hacer snorkel. Eso sí, llegamos en el segundo intento jajajajaj. Y después de tanto rodeo, tampoco entiendo la fama que tiene para el snorkel; pocos peces y no mucha variedad, la verdad.

Al mediodía decidimos ir a secret beach, pero parece ser que nos gusta rodear la isla porque nos cuesta encontrar la carretera. De verdad que la señalización no es su fuerte.

Conseguimos llegar a la secret beach pero dejamos las motos arriba porque esa cuesta con estas motos no parece muy recomendable. Y parece que el día va de decepciones porque nos encontramos otra playa que no nos dice gran cosa. Así que tras las fotos de rigor y el chapuzón, nos volvemos a casa a comer y cambiarnos para ir a la Full Moon.

Sólo un consejo: no hagáis como nosotras; lo de ir en moto en es la mejor idea que podéis tener. Los últimos 7km son, simplemente, horribles: pendientes prácticamente verticales con motos que a penas frenan, curvas cerradas, peraltes, cambio de rasante, taxis a todo trapo invadiendo carriles. Pocas veces he pasado tanto miedo, la verdad. Una vuelta corta por la Full Moon y mi agobio es tal que nos vamos a penas llegar: M y MJ marchan en taxi hasta después de las pendientes y G y yo llevamos las motos que sola ya es otra cosa.

De vuelta a casa, nos paramos en el 7eleven a comprar algo pero decidimod tomar una cerveza para celebrar la vida en el bar de al lado: ¡menudo acierto! locco's es un pizza bar con mucho ambiente, música en directo y unas pizzas de rechupete. Buen sitio para soltar la tensión que llevamos. El cantante, catalán, nos invita a ir a otro bar en el que van a tocar de nuevo (The Jam Bar) pero decidimos, al estar al lado de casa, tirar para hacer la maleta y tomar la última cerveza en el porche, la cual también resulta interrumpida por nuestra vecina de bungalow que nos pide, de malas formas, que bajemos el tono: simplemente estábamos charlando. En fin, no estamos para tonterías hoy; entramos y a dormir.




jueves, 15 de agosto de 2019

Día 20 - Koh Tao/ Koh Pha Ngan

A las 8, arrancamos. Cerramos mochilas, desayuno y una hora más tarde bajamos a recepción para que nos lleven al puerto. En teoría, salimos a las 10. Y digo en teoría porque tras estar haciendo cola en el lado izquierdo como debe ser y que a uno de los del barco se le cruce el cable y empiece a organizar las cosas de otra a forma diciéndonos que o seguimos para la plata o somos las últimas, el barco no sale hasta las 11. De verdad que hay que tener una paciencia,...

Pero no de acaba ahí la cosa: se monta en el barco e intenta vendernos los billetes de taxi para Koh phangan. Menos mal que todas tenemos claro que antes que con él, andando. ¡Qué desagradable! Al llegar, a pesar de que nos ha insistido con que no iba a haber taxis para todos, nada más salir contratamos uno al mismo precio y que encima nos deja poner la música que queramos desde su móvil. Con qué poco se nos hace felices, la verdad.

Al llegar, hacemos el check-in y tras ponernos el bañador, nos vamos a comer al restaurante de la playa.

Poco más queda para la tarde de hoy: reposar la comida en la playa y constantes baños en ese mar que parece pis.


Tras una pequeña compra, volvemos a la playa para ver el atardecer. La ducha sienta de lujo y decidimos aprovechar el porche: unas cartas, unas cervezas unas patatas que casi nos arrancan el esófago. Una noche tranquila.




miércoles, 14 de agosto de 2019

Día 19 - Koh Tao

Segundo día completo en la isla y el plan sigue siendo similar: relax al aprovechando el sol. Tras desayunar, alquilamos las motos. Hay que decir que los cascos son una mierda (calimeros) pero que las motos son bastante buenos más decentes que en Indonesia.

Así que tras mirar distintas opciones, tiramos hacia Aow Leuk. Hay muchas menos indicaciones en la carretera de las distintas calas y a pesar de parar para comprobar Google maps, no llegamos a esta playa. Aparecemos en Freedom Beach, o más bien, en un hotel que hace su agosto gracias a los 100tbh que te cobran por entrar en la playa. Al menos te dan una botella de agua.

Así que por fin una caña pequeña, turquesa, con árboles casi en la orilla para dar sombra. Un poco de snorkel, un poco de remojo (aunque el agua es pis total), libro, toalla. Relax.

Al mediodía, con una sed del carajo, nos acercamos al chiringuito: un Pad Thai riquísimo. De los mejores que hemos comido. Al fondo ya se atisba el cielo cambiante así que tras comer, G. haciendo snorkel y el resto andando, nos vamos a la otra cala. Poco nos dura la alegría: un baño rápido y poco más. El cielo cada vez más oscuro. Pero la clave es ver cómo los del bar están cerrando y poniendo una carpa.

Nos vestimos a toda leche, subimos a por las motos. Empieza a chispear. Un chico nos ayuda con la moto a la que le cuesta arrancar y es empezar a conducir y que caiga el diluvio universal. Mejor no describir la visibilidad que había: ni 50m. Llegamos empapadas. Vamos, que escurrimos la ropa antes de entrar a la habitación pero al menos, de una pieza.

Mientras sigue la tormenta, nos duchamos y ponemos todo a secar. Lo cierto es que no dura más de 40 min y empieza a despejarse. Así que tras descansar un poco, decidimos bajar al 7eleven a por algo y volver.

Al menos esa era la idea. Acabamos en el Pura Vida tomando algo y cenando barbacoa. Nos volvemos a encontrar con los catalanes de Chiang Rai. El ambiente invita a quedarse y así lo hacemos hasta que a las 10 de la noche quitan la música. Sólo nos queda volver y hacer las mochilas de nuevo: mañana cambiamos de isla.










martes, 13 de agosto de 2019

Día 18 - Koh Tao

Nos despertamos sin despertador, descansadas y ¡con cielo azul! ¿Se puede pedir algo más? Así que desayunamos y tranquilamente nos preparamos para pasar el día en la playa.

El día de hoy es relax total. Nos acercamos andando a Sairee Beach y pasamos la mañana entre baños (muchos), leer, cremas, etc. El primer día de relax absoluto del viaje. Sobre las 2, nos acercamos al chiringuito de ayer (Big  Blue Dive) para comer y resguardarnos un poco del sol que tampoco nos viene mala, la verdad.

Con la panza llena, volvemos a por el último baño del día con el sol cayendo. Las cosas sencillas de la vida. Al volver y ducharnos es cuando percibimos que un poco cangrejos somos, la verdad. Ronda de aftersun a tope antes de salir a dar una vuelta por el mercadillo. Con la brisa marina, se está de lujo en una terraza con una cerveza en la mano mientras destilados calor.

Volvemos a nuestro bar de siempre a picar algo pues hacen barbacoa pero la pena es que llegamos ya al final tenemos que pedir algo de cocina. Antes de volver, pasamos por el Seven eleven y vuelta a casa con nuestra linterna incluida.





lunes, 12 de agosto de 2019

Día 17 - Krabi/Koh Tao

A las 5.15 suena el despertador.  Recogemos, ducha rápida y abajo. A las 6 hacemos el check-out y jarreando, nos montamos en la furgoneta. Tras un trayecto de unos 30 min, llegamos al segundo punto en el que nos cambian los tickets del bus por otros para el ferry y unas pegatinas que nos identifican según el destino.

Ahí nos montamos todos en bus y pasan los minutos ¡y no salimos! Y normal, porque la puerta trasera no cierra. Ahí se ponen en modo mecánico con la puerta hasta que 20min después, se cierra por fin la puerta. Arrancamos, camino al embarcadero para coger el ferry.

En un par de horas, llegamos y hacemos cola hasta que nos llaman para entrar al barco en orden. Tras desayunar, ahí arrancamos las 8h de ferry hasta Koh Tao: leer, hablar, dormir, música. Todo lo posible para aguantar las 8h. Y hasta Koh Samui, ni tan mal. Pero de ahí en adelante, se empieza a hacer pesado. Además, el mar no está especialmente bien aun estando nublado.

Cuando llegamos, nos toca lidiar con una señora para conseguir el tuk-tuk y al final,  nos vamos en una camioneta a Sairee Beach por 100 por cabeza. El hotel tiene una buena terraza pero se queda un pelín corto en el resto. Sin cambiarnos, puesto que son las 4 pasadas nos vamos a comer algo hacia la playa.

Damos buena cuenta de un Nasi Gorem y nos vamos por la playa hacia el centro. Caminamos por los chiringuitos, el centro lleno de puestos. Lo cierto es que de ve bastante ambiente pero para nosotras el día acaba pronto. Sobre las 7.30, tras comprar el desayuno, nos vamos al hotel a ducharnos y a descansar que ya es hora.



Día 16 - Krabi

Siempre se ha dicho que 'noches alegres,....'. Tenemos cierta suerte al despertarnos a las 7.30 por la tormenta así que no nos sentimos tan mal por dormir más. A las 9.30 bajamos a desayunar pero antes nos comentan que debido a la tormenta tienen que arreglar el tejado y necesitan acceso al mismo desde nuestra habitación, por lo que, tenemos que cambiarnos de habitación.

Tras reponer fuerzas, hacemos el cambio de habitación y viendo que el tiempo tampoco es nada favorable, decidimos descansar un poco. Hay que hacer de todo, jajja.

Sobre las 2, vemos que el tiempo ha mejorado así que nos preparamos y sobre las 3 salimos hacia el embarcadero. La idea es acercarnos a Railay Beach pero por cómo está el mar, nos recomiendan salir desde Ao Nam Man en lugar de Ao Nang puesto que en esa zona el mar debe de estar más calmado.

Así que cogemos un tuk-tuk primero para acercarnos al embarcadero y luego un long-tail. Al llegar a Railay, vamos primero hacia Phrang Beach y después a Railay. Sobre las 6, volvemos a por el long-tail y, casualidad, volvemos con el mismo chico del barco y en el tuk-tuk, nos juntamos también con la otra pareja con la que habíamos viajado a la ida. Casualidad.

Al llegar al hotel, pasamos por la lavandería. Nos la encontramos cerrada. Tras unos minutos de pánico puesto que mañana nos marchamos al golfo, aparece la mujer con la bolsa llena de nuestra ropa. Menos mal. Dejamos todo en el hotel y bajamos a cenar una pizza por 150tbh. Tras comprar el desayuno, nos vamos al hotel a hacer la mochila por enésima vez.





sábado, 10 de agosto de 2019

Día 15 - Phi Phi Island

El día amanece nublado pero bastante decente por el momento así que tras coger fuerzas con un buen desayuno, a las 8.30 nos recogen para llevarnos al barco. Como era de esperar, allí nos juntamos ciento y la madre con el mismo plan, pero ayer ya supimos que sería así puesto que por la mala mar que había, nos contaron que era imposible que fuéramos en long-tail.

Así que ahí nos vamos en un speed boat. Primera parada, bamboo island. Desde ahí nos acercamos para darnos un baño y bucear con los amigos de Nemo. Una visita a Monkey beach y al llegar la hora de comer paramos en Phi Phi Island. Sobre las 3, emprendemos la vuelta, cuando comienza a jarrear a punto de llegar. De ahí, al hotel. Se está poniendo feo y llevamos todo el día de arriba para abajo.

Descansamos un poco, nos duchamos y preparamos la ropa para hacer la colada. Bajamos a tomar una cerveza y con la intención de cenar una pizza y volver. Pero como siempre suele pasar, el plan inicial deriva en farra inesperada.







Día 14 - Chiang Mai/Krabi

4:00. Fin de la siesta, porque eso no es dormir. Nos vestimos, cerramos las mochilas y a la calle a por un songthaew. Nos cuesta unos minutos pero en breve uno nos lleva por 100thb. Llegamos en unos 15min.

Primera curiosidad: para entrar al aeropuerto hay que pasar un detector de de metales y escáner. Según nos acercamos a la zona de facturación, me fijo que están pensando las de mano y haciendo facturar así que, ¡pies para que os quiero! Espero a que facturen en un asiento mientras desayuno ya que yo voy sin factura. Segundo incidente: intentamos embarcar en el vuelo anterior que ni siquiera va a Krabi.😂😂😂 Menudas 4.

El vuelo es corto, 2 horas y aprovechamos para dormir un poco. Al llegar, conseguimos un taxi al hotel (500thb) y con suerte, no solo nos dan ya la habitación (que está genial) sino que también nos dejan desayunar en el buffet. No sé si se puede ser más feliz. Y ya, con el estómago lleno, descansamos unas horas en la habitación.

Aunque el día está nublado, nos vestimos y vamos a la playa mientras de camino, vamos preguntando por las excursiones. Un baño en la playa y un poco de relax aunque no haga sol. Casi al atardecer, nos vamos al chiringuito a tomarnos algo y de ahí, a hacernos una exfoliación de pies. El mayor error hasta ahora, jajajaja. No merece en absoluto pagar 100thb al menos donde nosotras nos lo hicimos (caseta 7). Eso sí, nos da para las risas de después.

Volviendo al hotel paramos para cenar y después, cogemos la excursión a las phiphi (1050tbh) y el desplazamiento hasta Koh Tao (700). Así que, preparamos las mochilas para la excursión y a dormir



jueves, 8 de agosto de 2019

Día 13 - Chiang Rai

El día empieza movidito. Llevo dos días con el ojo izquierdo hinchado por la blefaritis que de vez en cuando me ataca; me despierto con el ojo deshinchado pero con pus en ciertas zonas del párpado. Limpiar, mandar mensajes a distintas enfermeras (entre ellas E., por su puesto) y médicos, escribir al seguro. Limpiar con suero, antibiótico oral y a esperar respuesta. Corriendo a parar un tuk-tuk para llegar a la estación de bus a tiempo que vamos más tarde de lo esperado. Y así es; en lugar de songthaew, tuk-tuk con G. en la caja junto al conductor. Pekín express se queda corto.

Llegamos a la parada con 15 minutos de adelanto, hacemos la cola para conseguir nuestro billete y para colmo, nos llevamos la bronca por no llegar antes. Señora, que llevamos una mañana de locos y sólo llevamos 1h despiertas. Entramos a 5min de cerrar al bus, o mejor dicho, al congelador con ruedas. ¡Menuda rasca hace! Vamos todas separadas pero un chico nos cambia el asiento y podemos ir G. y yo juntas. Y a los 5min, se pone MJ mala. Pues nos quedan casi 4h de camino, 🙈🙈🙈.

El autobús es realmente incómodo, pero finalmente llegamos de una pieza. Al bajar toca regatear con un tuk-tuk y vemos que otros dos chicos que venían en nuestro bus llevan el mismo plan así que sacamos el viaje para todos (400thb para los dos templos).

Primero vamos al templo blanco. La verdad es que pensaba que estaba en medio de una montaña o campo y resulta que no, que está rodeado de casas. La entrada al templo principal me sorprende: hay figuras simulando un infierno o similar que nunca había visto. El templo en sí es pequeño pero nos lleva un rato visitar los alrededor. Justo antes de montarnos en el tuk-tuk, vemos una nube negra que tiene mala pinta.

Y así resulta. De camino al templo azul empieza a jarrear. Así que, fuera los ponchos para la visita. Impresiona el color tan vivo del templo azul. Para un poco al llegar y podemos dar la vuelta al templo medianamente bien.

Volvemos a la estación de autobuses y buscamos algún sitio para comer allí mismo. Comemos muy bien y barato. Al acabar, buscamos una farmacia para comprar la pomada antibiótica (hay en la propia estación de autobuses y la señora súper maja y se maneja muy bien en inglés). Para aligerar la espera, nos tomamos un café con hielos al fresco.

La vuelta la realizamos en un autobús que aun siendo más viejo y sin tantas comodidades, resulta más cómodo para nuestro culo. La parada en el restop para una visita rápida al baño se parece a la parada que hicimos en Vietnam de camino a Ninh Bihn. 😂😂😂 De verdad, son experiencias únicas e inigualables.

Poco antes de llegar a Chiang Mai, los chicos del asiento de delante nos preguntan si vamos al centro y les comentamos que sí, así que nos dicen para ir juntos y que salga mejor. Al bajar, empiezan a negociar, pero finalmente ñ se pone G. al mando de la negociación y conseguir los bajar los 8 por 200thb. Ella, negociadora. De camino al tuk-tuk el conductor le dice que es muy buena negociando; no nos dice nada que no hayamos comprobado ya.😝😝😝

Cenamos en el mismo local de la noche anterior y tras unas risas, nos despedimos. A las 4 de la mañana va a sonar que el despertador y para cuándo apagamos las luces son casi las 2. Fin de la primera fase del viaje.






miércoles, 7 de agosto de 2019

Día 12 - Chiang Mai

A las 8, puntuales, vienen a buscarnos en una van. Somos los primeros en montar. En total, somos 12: nosotras, una familia y un par de parejas. El primer susto viene cuando pensando que en mi asiento hay un palo o algo similar, saco un pequeño  machete de debajo de mi culo. El grito sordo que pego, digno de verlo. Sobre las 10, llegamos al santuario de los elefantes.

Nos cuentan que entre los elefantes, dos fueron rescatados del circo y otros dos que se empleaban para mover carga. Además de ver en la montaña en qué lugar suelen quedarse, les damos de comer y les bañamos. Aprendemos distintas características sobre dichos animales. Personalmente, en toda la visita, tengo mis dudas personales de si es o no correcto venir a santuarios similares, pero es cierto que todo lo que veo es correcto (Bamboo elephant family care).

Tras comer algo allí, volvemos al hotel. Nos duchamos y nos vestimos para esta vez sí, ir al bazaar market que está a unos 25min andando. Como es de esperar, alguna compra cae y al acabar volvemos a la parte antigua a imprimir los billetes de avión, cenar y descansar, dejando ya prácticamente las maletas preparadas para el jueves.







martes, 6 de agosto de 2019

Día 11 - Chiang Mai

Roca lucir los ponchos a pleno rendimiento. Por lo que hemos visto, nos toca lluvia en el norte así que, poca escapatoria tenemos. 

Tras desayunar, nos echamos a la calle. En principio íbamos a coger un songthaew hasta el zoo y luego otro hasta Doi Suthep y las cascadas pero al cruzar la calle paramos a uno; 150tbh/pax por el recorrido de unas dos horas. Con el día que hace, cerramos trato y nos montamos. La verdad es que Doi Suthep está bastante lejos y sí, la carretera de las trae.

Al llegar, nos esperan los 306 escalones a la entrada. Pero no es lo peor de todo. Al subir para visitar el templo, como siempre, hay que descalzarse. El problema es que todo está encharcado y la sensación es desagradable cuanto menos. De verdad, ¡qué asco!

Una vez acabada la visita al templo, nos vamos hasta la cascada Huay Kaew. No está mal pero no tiene mucha más ciencia. Le pedimos al conductor que nos deje por la zona suroeste del centro para poder visitar los templos que quedan. Pero visto el tiempo, decidimos hacer una pausa para guarecernos un poco. Tras la pausa y el intento fallido de visitar algún templo, paramos a comer.

Al acabar, algún intento de templo más
contratamos la excursión de los elefantes para el día 7 miércoles y decidimos descansar un poco, lo cual se nos va de las manos acabando al final saliendo del hotel hacia la hora de cenar por lo que posponemos el plan del mercado para otro día. Hacemos cuentas para pasar por el cajero y después, vamos a cenar a un local cuyo wifi funcione mejor de lo que hace el del hotel.

La idea es mirar los buses a Chiang Rai para mañana. Sin embargo, al mirar la web oficial vemos que no quedan asientos. Pánico. G. escribe a la señora con la que hemos contratado la excursión para ver si podemos cambiarla para mañaña ya que sí hay asientos libres para ir a Chiang Rai el miércoles. Tras unos minutos de espera nos comenta que le va a llamar al conductor para que ver si es posible. Los minutos pasan lentamente pero finalmente, ¡luz verde! Así que mientras G. cierra el trato con la señora, compramos los billetes para Chiang Rai. Había que darle un poco de emoción al viaje, 😂😂😂.

Al volver al hotel, sólo queda ducharse y preparar las mochilas para mañana.






lunes, 5 de agosto de 2019

Día 10 - Chiang Mai

Llegamos habiendo dormido menos de lo necesario y con 15min de retraso a Chiang Mai. No ha parado de llover desde que cogimos el tren en Ayutthaya. En la estación, toca pelear para llegar al hotel. Descubrimos que lo que es la amabilidad no es su fuerte. La primera, que 200thb y ni para dialogar. Al final, conseguimos por 100thb.

Al llegar al hotel, esperamos en recepción 40min hasta que la dueña aparezca. Miss simpatía 2.0. De verdad, ¡qué rancia! Nos dice que la habitación no está lista (aun siendo ya la hora del check-in), así que nos vamos a comer a un bar que está en la esquina. Todo muy bueno y genial hasta que al pedir la segunda cerveza nos señalan un cartel en el que indican que sólo se sirve alcohol de 11 a 2 y de 5 a 8. ¡Son las 2:10!😫😫😫

Volvemos al hotel, pasamos por recepción y ¡bienvenida, ducha! Best ducha ever. Y lo que pasa después, no sorprende a nadie: siesta que cae. Sobre las 7, G y yo nos vamos a tomar algo para desperezarnos y aprovechamos para ir organizando el día de mañana. Tras el primer trago en semejante tugurio, nos vamos en busca de otro bar pero no encontramos nada así que nos acercamos al supermercado para coger el desayuno para los próximos días. La sorpresa: ¡no venden cerveza! Algo pasa con el alcohol aquí que no sabemos. De hecho, la compramos en un puestito junto al hotel.

Nos juntamos en la terraza con MJ y M. Miramos cuatro cosas para estos días y al final, siguiendo las recomendaciones de nuestra, ahora sí, algo más simpática recepcionista, nos acercamos al Sunday night market. Este sí cumple nuestras expectativas y alguna que otra compra, cae.

Se nos hace tarde pero tenemos la gran suerte de encontrar Mary Burguer Queen, donde comemos unas hamburguesas de 10 amenizadas por el karaoke del Fat Elvis, bar que está en frente. A las 12, empiezan a cerrar los locales de la zona y ahí están los tuk-tuk y los songthaew (los autobuses de Chiang Mai que parecen un coche de bomberos) en fila esperando a hacer su agosto. Nosotras ya, tiramos para el hotel a descansar.






domingo, 4 de agosto de 2019

Día 9 - Ayutthaya

Nos cuesta cada vez más arrancar por las mañanas ya que el cansancio se empieza a notar. Sobre las 8.30 pasamos por el supermercado que está junto al hostal la a coger el desayuno. La siguiente misión es pelear con el del tuk-tuk: menos mal que a G. no se le da nada más. Finalmente conseguimos que por 400thb nos acerquen a los 3 templos que hay a las afueras, lo cual nos llevará aproximadamente 2h.

El primero es Wat Maheyong (cogemos el ticket para los 6 templos por 220thb), que está bastante desolado. De ahí, hacia Wat Tai Chaimongkhon. Y finalmente Wat Chaiwatthanaram, donde al llegar nos encontramos con varios grupos escolares que a modo de actividad de prácticas nos hacen varias preguntas en inglés. De ahí pasamos a que nos pidan fotos y a pesar de respeto con el que lo hacen, son cientos de niños los que hay y casi que nos sentimos con las celebrities huyendo sin mantener contacto visual para poder salir del templo a tiempo.

Para finalizar, el tuk-tuk nos deja en wat Sri Sanphet. Desde ahí, vamos visitando el resto de los templos caminando por la ciudad. Sobre las 12.30-13.00, paramos en un bar que se encuentra frente al parque, en la calle del night market a tomar algo. Se va alargando la parada y decidimos ya comer. Lo cierto es que las dueñas son muy simpáticas

Ya con el estómago lleno, nos vamos a ver los últimos dos templos: Wat Mahathat, o lo que es lo mismo, el templo en el que habita la Abuela Sauce de Pocahontas, y Wat Ratchaburana. Ya son cerca de las 6 y decidimos acercarnos al night market. Son embargo, este último nos decepciona: es más un mercadillo que lo que hemos visto hasta ahora de night market. Tras dar una vuelta, cerca del hostal compramos el desayuno para mañana y unos polos para ahora, y nos nos vamos a por las mochilas.

En el hostal, nos duchamos y nos cambiamos para el tren. Una suerte, la verdad, poder hacerlo para afrontar las 13h de tren que nos esperan. Mientras nos acicalamos, cargamos los móviles y chafardeamos internet y sobre las 8, con las mochilas a la espalda, vuelta a la pelea del tuk-tuk para llegar a la estación.

Al llegar, buscamos algún bar para cenar y estar tranquilas hasta la hora del tren  ya en la estación, vemos que el puesto de bebidas está cerrado por lo que rápidamente nos acercamos a buscar agua (hay un supermercado junto a la estación). Eso sí, nos ameniza la espera en el andén una rata enorme que cruza de lado a lado y que hace que recojamos los pies sobre los bancos.

En tren llega puntual. No tuvimos la suerte de comprar billetes cama y vamos en segunda (asiento) con ventilador (406thb). Pero lo cierto es que la realidad es que están mejor de lo que pensábamos. De aquí en adelante, 13h para llegar a Chiang Mai, 13h para dormir, leer, hacer lo que se pueda.