El día empieza movidito. Llevo dos días con el ojo izquierdo hinchado por la blefaritis que de vez en cuando me ataca; me despierto con el ojo deshinchado pero con pus en ciertas zonas del párpado. Limpiar, mandar mensajes a distintas enfermeras (entre ellas E., por su puesto) y médicos, escribir al seguro. Limpiar con suero, antibiótico oral y a esperar respuesta. Corriendo a parar un tuk-tuk para llegar a la estación de bus a tiempo que vamos más tarde de lo esperado. Y así es; en lugar de songthaew, tuk-tuk con G. en la caja junto al conductor. Pekín express se queda corto.
Llegamos a la parada con 15 minutos de adelanto, hacemos la cola para conseguir nuestro billete y para colmo, nos llevamos la bronca por no llegar antes. Señora, que llevamos una mañana de locos y sólo llevamos 1h despiertas. Entramos a 5min de cerrar al bus, o mejor dicho, al congelador con ruedas. ¡Menuda rasca hace! Vamos todas separadas pero un chico nos cambia el asiento y podemos ir G. y yo juntas. Y a los 5min, se pone MJ mala. Pues nos quedan casi 4h de camino, 🙈🙈🙈.
El autobús es realmente incómodo, pero finalmente llegamos de una pieza. Al bajar toca regatear con un tuk-tuk y vemos que otros dos chicos que venían en nuestro bus llevan el mismo plan así que sacamos el viaje para todos (400thb para los dos templos).
Primero vamos al templo blanco. La verdad es que pensaba que estaba en medio de una montaña o campo y resulta que no, que está rodeado de casas. La entrada al templo principal me sorprende: hay figuras simulando un infierno o similar que nunca había visto. El templo en sí es pequeño pero nos lleva un rato visitar los alrededor. Justo antes de montarnos en el tuk-tuk, vemos una nube negra que tiene mala pinta.
Y así resulta. De camino al templo azul empieza a jarrear. Así que, fuera los ponchos para la visita. Impresiona el color tan vivo del templo azul. Para un poco al llegar y podemos dar la vuelta al templo medianamente bien.
Volvemos a la estación de autobuses y buscamos algún sitio para comer allí mismo. Comemos muy bien y barato. Al acabar, buscamos una farmacia para comprar la pomada antibiótica (hay en la propia estación de autobuses y la señora súper maja y se maneja muy bien en inglés). Para aligerar la espera, nos tomamos un café con hielos al fresco.
La vuelta la realizamos en un autobús que aun siendo más viejo y sin tantas comodidades, resulta más cómodo para nuestro culo. La parada en el restop para una visita rápida al baño se parece a la parada que hicimos en Vietnam de camino a Ninh Bihn. 😂😂😂 De verdad, son experiencias únicas e inigualables.
Poco antes de llegar a Chiang Mai, los chicos del asiento de delante nos preguntan si vamos al centro y les comentamos que sí, así que nos dicen para ir juntos y que salga mejor. Al bajar, empiezan a negociar, pero finalmente ñ se pone G. al mando de la negociación y conseguir los bajar los 8 por 200thb. Ella, negociadora. De camino al tuk-tuk el conductor le dice que es muy buena negociando; no nos dice nada que no hayamos comprobado ya.😝😝😝
Cenamos en el mismo local de la noche anterior y tras unas risas, nos despedimos. A las 4 de la mañana va a sonar que el despertador y para cuándo apagamos las luces son casi las 2. Fin de la primera fase del viaje.