La noche no se nos ha dado del todo mal para ser novatos. Sobre las 6.30 hemos hecho una parada en nuestro sueño y volvemos un rato entre los nórdicos, esta vez, mejor colocados que se ha notado pero bien.
A las 8.00 ya, mientras unos pasan por el baño para acicalarse, vamos preparando el desayuno. Los vecinos también se van moviendo. Una vez recogido todo, nos vamos a nuestra primera parada: Pingvellier.
Bien ataviados con toda la ropa de invierno, empezamos a recorrer la falla que cada año se separa 2cm. Increíble el paisaje, las vistas, la calma. Lo que nos sorprende es la cantidad de gente que hay: se nota que es una zona a la que la gente llega en excursiones de día desde Reykjavik. Pasamos cerca de dos horas visitando la falla, la cascada Oxarafoss y, como no, Logberg, el monte de las leyes, donde cerca de 930 se constituyó la primera institución parlamentaria, lugar que para los islandeses es emblemático y en el que, entre otras, celebraron la proclamación de la independencia de Dinamarca el 17 de junio de 1944.
De vuelta en la furgo, antes de arrancar, un pequeño piscolabis para recargar fuerzas. De vuelta a la carretera. Detrás aprovecho para echar una siesta. 😜😜😜En nada llegamos a Geysir. Para mí, el agua en la naturaleza siempre está asociado a frío, a manantial. Y sin embargo, aquí, el agua sale de la tierra a más de 100°. Uno de los géiseres ya no está activo pero el otro sí. Ahí nos pasamos un buen rato viendo diferentes explosiones, cada una distinta. Es muy curioso pensar que este fenómeno se genera a cientos incluso miles de metros tierra adentro. Más nos sorprende aún el color azul turquesa que se llega a apreciar en el agua. Tras una parada en el baño, volvemos a arrancar la furgo.
En cosa de 10 minutos llegamos a Gullfoss. Pero antes de visitarlo, parada técnica para comer que casi son las 3. Sin mucha complicación: algo de picar y un yogur y a seguir tirando.
Salimos y nos acercamos al acantilado. Sí la cascada es una pasada, la garganta que se ve en la otra dirección, impresiona. Y más con el sol que empieza a salir y el arco iris que se ve sobre la cascada. De verdad que es impresionante. Y en cuanto cae la tarde, tiende a enfriar. Subimos a la parte de arriba, al mirador, y tras el momento foto, nos sentamos media hora a tomar un café mientras cargamos todos los aparatos electrónico (especialmente las cámaras). Esto es sacar rendimiento a un café y lo demás, tonterías. 😂😂😂
Como la carretera está cortada, tenemos que desviarnos para llegar a Fludir y de ahí seguir el viaje hasta Skogafoss. Sorprendente que nos encontramos 500m de carretera dónde está nevando y se ve nieve acumulada y a los pocos minutos, despejado. En unas dos horas llegamos al camping, trayecto que aprovechamos para hacer limpieza en el foto y escribir en los respectivos cuadernos de viaje.
Llegamos sobre las 21.00 a Skogafoss. Es un lujo poder dormir frente a una cascadas. Hacemos la colada, lavamos los platos y una cena rápida con géiser incluido.😂😂😂
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