jueves, 13 de septiembre de 2018

Día 22 - Penang

Comienza el último día. Desayunamos tranquilamente, charlando con una chica super maja que va a estar viajando 7 semanas. Subimos a recoger las mochilas y realizamos el check-out. Preguntamos por lugares para visitar ese día y el chico de recepción, super amable, nos marca en un mapa distintas actividades así como lugares para comer.

Así que, con nuestro mapa, primero decidimos ir a ver los graffitis que nos faltan. La verdad es que se agradece que el tiempo no sea tan soleado como ayer; aprieta menos el calor y no se suda tanto. En la zona de los graffitis, probamos otro polo de mango que tiene mejor pinta. Y así es, aunque sigue sin estar al nivel del polo de China.😂😂😂

Nos dirigimos hacia la zona del puesto callejero que nos han indicado para comer. Pero no llegamos. De camino empieza a jarrear como si no hubiera un mañana. Así que, ahí que nos plantamos en una terraza cubierta q tomar un café. ¿Qué otra cosa se puede hacer en esta situación?😂😂😂

Cuando amaina un poco, vamos hasta el puesto. Nos cuesta un pelín encontrarlo pero ahí nos plantamos viendo como muchísimos turistas cogen esa bola de hielo a la que le ponen unos fideos verdes y alubias bañadas por un líquido blanco.😳😳😳

Tras un rato observando, decidimos probarlo. ¿El error? Sentarnos en el local que nos dicen. ¡Huele fatal! Nauseabundo. Acabamos rápidamente con el plato, que dicho sea de paso, de sabor no está mal aunque la pinta no sea atractiva, y nos vamos a buscar algún sitio para comer. Nos acercamos al sitio del cerdo con arroz pero vemos que la carne no la hacen al momento y como nos apetece algo caliente, seguimos buscando. Nos cuesta encontrar algo pero finalmente, encontramos un sitio de noodles en el que comemos muy bien. Sólo nos queda el café del postre; volvemos al Mugshot a tomarnos un café a gusto.

Finalmente, sobre las 5 volvemos al. Hoteles a recoge nuestras mochilas y en Grab, nos subimos al aeropuerto. Vamos con tiempo ya que es hora punta. Ya en el aeropuerto, nos acicalamos, envolvemos las mochilas y a hacer tiempo. Llamadas de última hora y sólo nos quedan por delante 24h hasta llegar a casa. Vuelos en los que dormimos menos de los esperado pero que gracias a Friends se hacen amenos. Un buen desayuno con zumo de naranja y tostada en Madrid para coger fuerzas y en unas horas en casa.







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