martes, 3 de abril de 2018

Día 6 - Selfoss, Kerid, Borgarnes

El frío que hace no es normal. Los pantalones qu se habían humedecido, se han petrificado por el frío. ¡Dentro de la furgoneta! Es el día más frío con diferencia. Mediante un sprint, llegamos a la cocina con todo el kit del desayuno y los bártulos para la ducha. ¡Hoy desayunos hasta tostadas! Aunque otros las han comido gracias a nosotros ya que habían puesto las tostadas con la tostadora sin enchufar.😂😂😂

Aprovechamos que la ducha es ilimitada para volvernos a duchar antes de salir mientras dejamos ya cocida la pasta dle mediodía. Hay que ser prácticos.😉😉😉 Mientras recogemos arrancamos el coche para que se vaya calentando pero la sorpresa llega cuando nos queremos mover: con la nieve no vimos que anoche aparcamos sobre hierba lo que implica que con el peso y el barrizal las ruedas se han hundido y patinan. Buscamos alguna madera o cartón para poder salir, pero para cuando nos giramos ya está el señor del camping y otro más con un 4x4 para tirar de la furgoneta. En 5 minutos, estamos ya en marcha. Menos mal que nos ha pasado en un camping y no en una cascada. Aprendemos otra norma de los furgoneteros: hay que fijarse bien sobre qué se aparca (sobre hierba no es buena idea).

Ya en marcha, pasamos por el famoso puente de Selfoss para ir a Kerid, un cráter. Eso sí, ya hemos aprendido algo el coche marca -5° y antes de salir, nos abrigamos con las 71525282852 capas que tenemos. Dos buffs, dos gorros y unos guantes más tarde, nos hacemos los valientes y decidimos salir de la furgoneta para darnos cuentas de que vamos a necesitar también las gafas de sol para protegernos del viento. Es inceeible el frío que hace. No había sentido tanto frío jamás, hasta el punto de no sentir ni los dedos de las manos ni los dedos de los pies.

Nos cuentas avanzar unos pocos metros por la cresta del cráter debido al viento. Como buenamente podemos, nos hacemos una foto para inmortalizar el momento pero pensamos que dentro del cráter estaremos más protegidos del viento así que marcha atrás y escaleras abajo. Efectivamente así es. Nada más empezar a descender se nota que el viento no sopla igual y eso nos permite disfrutar del lago.

Sobre las 12.30 ponemos rumbo a Borgarnes, una ciudad en el noroeste que está a una hora y media aproximadamente. En el camino, tenemos que pasar el único peaje de Islandia v un túnel de 6 km en forma de uve para pasar de un lado al otro de la bahía.

Al mediodía, llegamos a Borgarnes, e importante, compramos un Coto de Unas y cervezas islandesas.💃💃💃 Arrancamos hasta un camping con vistas y preparamos la pasta que ya traíamos con tomate, hummus y jamón serrano para picar, aderezado todo de vino. Qué simple es todo. Sin embargo, la comida resulta accidentada: al estar cerrado el camping, limpiamos la vajilla en la nieve; más tarde el aire hace que los sobre de café vuelen y tengamos que salir corriendo tras ellos, y ya, para cierre, se nos esparrama un café por la furgoneta y le tenemos que dar un refriegue con papel a la furgoneta. Eso sí, el café con un bollo de canela que sabe mejor.

Arrancamos dirección al norte. El objetivo es poder visitar la península del este entrando desde el norte. Sin embargo, a medio trayecto, en una carretera serpenteante, nos encontramos con bastante hielo.  Marchas cortas sin frenar pero el coche patina.  Abortamos misión. Nos bajamos como si fuéramos el equipo A, de una salto. Vestida de rojo para que nos vea un coche, empezamos a maniobrar para cambiar de dirección. En una carretera sin arcén y cerca de un terraplén. Acabada la misión, subimos de golpe de nuevo. Marchas cortas para bajar sin pisar el freno. Salimos airosos de esta misión. O al menos, eso creemos.

Luce el sol pero el viento no hace más que soplar.nos dirigimos hacia Reikyavik pero ya que estamos en esta zona, buscamos algún otro camping que esté abierto.

Así es como llegamos a un camping que es una especie de granja-escuela. Una casa en la que eres casi uno más de la familia, el perro viene a pedir mimos y los sofás son de esos que te abrazan. Descansamos durante una hora y algo y ya durante la cena, comentamos que parece que el cielo está muy raso y que puede que sea nuestra noche de suerte. Quién sabe.😉😉😉

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