El último día completo en Islandia nos lo tomamos de relax. Ya nos hemos dado cuenta de que la ciudad es pequeña así que nos sobra tiempo para acabar de visitarla. Lo cierto es que ayer ya visitamos prácticamente todo así que nos lo tomamos con calma.
Mientras acabo un trabajo del máster, B hace una incursión en busca de pan. Incursión o excursión que nos hace pensar que la han secuestrado o algo.😂😂😂 Pero no, aparece con pan, pan de molde y un bollo. Dormir en una cama real, una ducha con alcachofa cenital, estando en el centro de la ciudad y con el sol entrando por la ventana. Un lujo.
Desayunados, nos lanzamos a las calles de Reykjavik. En principio, el objetivo es visitar la zona del ayuntamiento. La realidad es que tras visitarlo, lo cual merece la pena ya que en él se encuentran distintas infografías en la que se entiende la vida en el país así como varias maquetas de la ciudad, nos lanzamos a realizar las compras que nos quedan: algunos regalitos varios, otros caprichos, otros, nos sentamos a mirar cómo compran.😂😂😂
Sobre la 14.00, nos dirigimos de nuevo al apartamento. La ventaja de tenerlo en el centro es que en cosa de 10min estamos en él, lo cual nos permite dejar compras o incluso parar a comer. Antes de llegar, eso sí, hacemos una parada en un Vindum, la tienda en la que se vende el alcohol.
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