Ahora sí , última parada del viaje. Domingo en una ciudad que no hay ni free-tours disponibles. Desayuno con calma que tampoco tenemos gran cosa que hacer.
Sobre las 11 salimos a callejear. Reponemos unos básicos en el supermercado antes de turistear. Desde la zona del ayuntamiento vamos hacia les halles, el mercado de abastos de Tours. Suele ser muy curioso ver cómo funcionan. En este caso, está muy cuidado y como es habitual se pueden encontrar varios puestos de queso y de pollo asado, típicos de un domingo francés.
Vamos hacia la zona de la Basílica Saint-Martin, donde nos encontramos una pequeña peregrinación de lo más curiosa: santo en un trono, banderas, cantos,… Desde ahí marchamos hacia la plaza Plumereau, plaza medieval situada en el vieux-Tours. Aprovechamos para parar un ratito con un café y una cerveza en el Café Bar Au Temps des Rois. Nos sorprende lo maja que es la camarera intentando conocer más vocabulario en español y siendo de lo más amable que nos hemos encontrado en el viaje.
Tours no es una ciudad muy grande y tomamos conciencia de que si queremos comer, tenemos que movernos ya que es mediodía y en breve cerrarán cocinas. Nos vamos hacia la zona de la catedral donde teníamos situado un lugar de crepes. Comemos en la terraza el menú que tienen. Una comida un tanto tensa por el ambiente que hay.
Poco más queda en Tours por ver. Así que decidimos pasar la tarde descansando. Primera (y última) siesta del viaje. Solo queda dejar todo preparado para hacer mañana el viaje de vuelta.
Pd. Día 12 - Vuelta a casa.
5h de coche por delante. Destacan los bouchons (atascos) que en las últimas veces nos hemos encontrado en Burdeos. Esta vez es increíble; tardamos casi 1h en hace unos 30km. Al pasar Burdeos, paramos para comernos el bocata y el cafecito. Último tramo hasta iparralde, paradita para unos recados (entre ellos, mantequilla) y hasta casa. En una hora en casa da para poner dos lavadoras y hacer la compra en el super. Maleta deshecha (hasta septiembre).