Otro día más que arranca por la capital danesa. Hoy nos vamos a la zona del castillo de Rosenborg. Así que, allí que nos vamos en tren. Y nada más entrar, el revisor. Por si estáis pensando en hacer la 1314 con las Copenhage Card, ya no se puede: en cada lugar digitalizan tu entrada :).
Ya en Nørreport, nos cuesta un poco encontrar el castillo. No es que esté complicado, es que no sacamos los mapas. Así que, acabamos en el jardín botánico. Tras la vuelta de rigor, ahora sí, llegamos a Rosenborg, uno de los castillos de la casa real danesa. La visita se puede hacer guiados por su web (tienen WiFi gratuito para poder acceder a ella - o a lo que queráis 😜).
Una vez finalizada la visita, decidimos hacer la primera pausa para el bocata de tortilla de patata, un clásico donde los haya. Eso sí, con la capucha puesta porque sopla un viento...
Nos dirigimos hacia la torre redonda, un edificio que permite tener una vista de 360° de Copenhage. Está bien ya que además se sube en rampa, no mediante escaleras así que, bastante más sencillo. Al bajar ya sí que sí comemos ya que de está haciendo tarde.
Como última visita de la zona, nos acercamos al Museo de los Trabajadores, un museo que podéis obviar, la verdad. Lo mejor es la muñeca que nos hemos podido hacer, un buen taller de manualidades para niños y los no tan niños.😜😜😜
A la salida, nos acercamos a un mercado que hay en la zona, uno del estilo del mercado de San Miguel de Madrid. Y justo estando allí, empieza, como no , a jarrear. En está ciudad llueve cinco minutos y luego sale el sol. Así que, bajamos la calle a intervalos, cuando las nubes dan tregua. Pero no penséis que para un buen rato. No, no. Para los 5 minutos de rigor para ir hasta el próximo bajo de casas en el que cobijarse. Así que, está claro: es hora de parar a tomar un café. Pausa que además aprovechamos para cargar los dispositivos gracias a llevar un ladrón encima y pedirle permiso a una danesa para compartir enchufe.
Ya entradas un poco en calor, porque el viento aquí sopla que da gusto, nos vamos hasta la plaza del Ayuntamiento donde se encuentran los cuentos de Hans Christian Andersen, una atracción muy entretenida para los niños.
Al salir, observando que el cielo parece que va a dar una tregua, decidimos hacer otra ruta en barco (ambas incluidas en la Copenhage Card). Y efectivamente, es el mismo recorrido así que tras tomar las fotos que más nos interesan, saco el libro y a leer.😜😜😜
Así que poco más nos queda por hoy. Ponemos rumbo a casa para poder organizar la visita de mañana; toca excursión a las afueras.
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