domingo, 14 de agosto de 2016

Día 11 - Copenhage

Último día ya en la capital danesa. Como todos los días, toca madrugar. Pero hoy además de desayunar y ducharnos, toca dejar las mochilas preparadas para partir.

Nos acercamos hasta el parlamento para poder visitar. Visitamos primero las ruinas, donde se pueden ver vestigios de los diferentes palacios que se edificaron en ese terreno.

Después, vamos a los apartamentos reales, muy luminosos, algo que nos sorprende comparado con muchos otros palacios reales. Después, nos acercamos a la cocina. Muy curioso que tengan recetas puestas según el lugar y que incluso parezca que huele al plato que se está cocinando. Muy curioso.

Por último, nos hemos acercado a la torre (que es gratuita aunque había bastante cola). Así que tras esperar un buen rato, conseguimos subir. Las vistas son más de lo mismo, la verdad. Y el frío y la nube que descarga en ese momento no ayuda mucho así que bajamos rápido.

Aprovechando que estamos en la zona, nos acercamos a unas camas elásticas que están junto al parlamento, de cara al canal. Evidentemente, lo de saltar en ellas entraba en el pack. Y para rematar la mañana, nos hemos acercado al ayuntamiento, donde hay un reloj de lo más curioso.

Tras una pausa para comer, nos acercamos a la fábrica de Carlsberg (no íbamos a decir que no a una cerveza :P). La cerveza, nada más llegar. De hecho, se puede visitar el museo con la cerveza. Un punto a favor. Además, tenemos la suerte de poder probar helado de cerveza :).

Al finalizar la visita, queda lo peor de un viaje: la vuelta a casa. Y más cuando quedan tantas horas por delante. Así que cargamos con las mochilas directas al aeropuerto. La odisea nos va a suponer un cambio de aeropuerto en Londres (bajando y subiendo en autobús a Victoria, trayecto en el que primero morimos de calor para luego helarnos) y dos vuelos. Un tanto pesado, la verdad pero es lo que tiene viajar barato. Y siempre mejor viajar que no viajar :).





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