Hoy ha tocado madrugar más de lo habitual. Una ducha rápida y cargar con el desayuno que más tarde comeremos en el tren de camino a Cambridge.
En Liverpool Station, nos hemos ahorrado 7 libras sólo por coger los billetes en ventanilla en lugar de en la máquina. Eso sí; también hemos pagado mas por no cogerlos la víspera jajaja. Siempre no se puede ganar.
El viaje hasta Cambridge dura poco más de una hora que pasa bastante te rápido entre el desayuno y la lectura. Ya en la ciudad, con el mapa en la mano, nos vamos caminando hacia el centro.
La primera foto tenía que ser una foto friki. Es lo que tiene ser profe de Inglés y encontrarte el Cambridge Assessment. Inevitable.😂😂😂
Lo cierto es que haya que llegamos a la zona del King's College la ciudad no nos dice nada. Primero observamos el reloj y después, decidimos que ya que hemos venido hasta aquí, tendremos que entrar a algo jjj. Así que, cogemos las entradas para el King's, cola en la cual ayudamos a un par de españoles que de inglés sabían poco o nada.
Tras una visita rápida al mercado, entramos al College. Dejamos la capilla para el final y primero visitamos las inmediaciones. Nos acercamos al río para poder ver cómo los turistas disfrutan del famoso punting. Pero ya os aseguro que no disfrutan más que los que estamos en el puente: el caos se apodera del río; por un lado los profesionales que dirigen las barcas sin problema alguno; por otro, los que en su vida han practicado el punting ( uno que lleva la barca de lado a lado y que hasta la señora pasa miedo; el otro con su Romeo a bordo que no hace más que darse por todas partes hasta acabar bajo el árbol atascado). Los que estamos en el puente, que previamente tras escuchar un 'conc' hemos corrido de un lado a otro del puente buscando a la víctima, no podemos más que agacharnos para desternillarnos sin ofender. Sólo por eso ha valido la pena la visita.
La visita del College la acabamos con la capilla. No está mal, pero esperábamos que fuera una visita mucho más amplia, más del estilo a Oxford.
La siguiente parada friki ha sido la de la librería de la Universidad: todos esos libros de métodos de inglés me hacían ojitos desde las estanterías. De verdad. Con una consulta rápida en internet, hemos visto que los precios eran similares así que ahí se han quedado. Pero yo me hubiera traído unos cuantos, empezando por el diccionario. Repito, friki que es una.
Una visita rápido al Sainsbury nos ha vuelto a salvar la comida. Si es que no hay nada más que apañarse un poco. U como tras la comida empieza a refrescar, decidimos que un café nos va a ayudar con el último tramo por visitar. Porque otra cosa no pero en Cambridge sí que hemos pasado un poco de frío.
Con el café nos dirigimos al puente matemático. Y ahí ya al empezar a llover, compramos un par de detalles y nos vamos hacia la estación. Teniendo en cuenta que no me encuentro muy bien el estómago, tardamos bastante en llegar.
La vuelta de hace lago más pesada por el cansancio del dia pero otra vez la lectura ayuda. Ya en Londres, jarrea. Así que como tenemos entradas para el cine en Notting Hill, cogemos el metro y nos vamos hacia esa zona.
Como llueve bastante y aún nos queda un buen rato hasta la hora de la película, decidimos picar algo en el pub del cine. Un buen pasatiempo, la verdad.
¡Y por fin llega el cine! Pero no un cine cualquiera. ¡Un cine de cama con manta incluida! Una gozada. Mejor que en casa. Eso sí, la película, Jason Bourne, para olvidar. Menudo sopor. Al salir llueve bastante así que rápidamente bajamos por Portobello hasta el metro para llegar cuanto antes al albergue. Pero claro, no iba a ser tan sencillo. Hacemos transbordos para una sola estación, por no mojarnos con la lluvia y el metro pasa más de 10 minutos en la estación parado para volver a ajustarse al horario. Por fin, tras un largo día, llegamos al albergue y directas a la cama (pero con show incluido gracias al inquilino de la litera superior).
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