Así que damos una vuelta para hacer tiempo. Nos acercamos a Katz's para verlo. Sobre las 9:45, tras haber estado al sol cogiendo temperatura que el viento es fino y se nota, la de la taquilla nos comenta que sí hay tren nostalgia. Así que nos acercamos corriendo. Sin embargo, nos damos cuenta tras consultar a un empleado del museo de que no es el tren nostalgia (al menos no se parece en nada a lo que habíamos visto) sino que es que van a retirar el R-32, un modelo que lleva recorriendo las vías de la ciudad desde hace 58 años. Así que ahí estamos nosotros en primera plana para tener constancia del momento histórico.
Decidimos bajarnos a las 4 paradas para empezar por el recorrido de Tribeca. La estación de bomberos de los Cazafantasmas es el punto de partida. Vamos recorriendo el barrio, un barrio tranquilo, en el que se aprecia esa vida tranquila de domingo. Es un barrio para callejear. Staple Bridge. Harrison Street Row houses.
De Tribeca vamos hacia el Soho, donde se nota un ritmo de vida mucho más rápido, más de ciudad. Los graffitis de Audrey Hepburn y el de Big City of dreams. Pausa para comer en Shake Shack y reponer fuerzas. Se empieza a notar el cansancio.
Por la tarde, seguimos callejeando por el Soho. La casa de Ghost entre las grandes firma de lujo. Se nota movimiento entre las calles. Por último, nos quedan dos instalaciones de Walter De María. La primera, The Broken Kilometer. La segunda, The Earth room nos deja speechless. Al menos salimos con un Candy cane.
Acabado el itinerario del día, unos vuelven al apartamento, mié tras que a otros nos queda la última parada del día. De camino al metro vemos Levain bakery así que decidimos hacer una parada técnica para comprar unas cookies. Eso sí, casi me saco el ojo y la lentilla haciendo la cola. Conseguimos solventar el problema de la lentilla (sin espejo la cosa se complica) y ahora sí, arrancamos a la última visita. Como buena friki de la serie, no podía no visitar el The Friends experience, The one in New York City. A pesar de precio, merece la pena la visita si eres muy fan de la serie.
Menos mal que nos han dejado entrar antes de hora, porque así, además de no haber perdido tiempo, lo hemos podido ver con calma. La organización es muy buena, especialmente el tema de las fotos que te van a haciendo a lo largo del recorrido y te las envían de manera gratuita a tu correo. Además el personal es muy amable.
Al finalizar ya sólo queda coger el metro de vuelta y caminar hasta casa para dar por finalizado el día.
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