Un nuevo día en la gran ciudad. Un día en el que decir que salgo arrastrando los pies (y cuerpo) es poco. De bostezo en bostezo y tiro porque me toca.
Comenzamos el día en Noho, nombre que el barrio coge por estar al norte de Houston Street. Visitamos el paseo de la fama de los judíos así como la calle que dio origen a la ciudad de Nueva York. Desde aquí callejeamos hasta la sede de Cooper Union viendo los alrededores también dónde se encuentran el pack más antiguo de la ciudad y la iglesia de origen ucraniano común en la zona.
Una pausa en la plaza de otro de los edificios de la fundación Cooper Union con grabación de asustamiento de palomas incluido. Visitamos la zona de la primer biblioteca pública de la ciudad que ha sido convertido en teatro público. Acabada la visita a la zona, nos dirigimos al metro para subir hasta Madison Square Park pero según nos acercamos, vemos que la policía se dirige al metro. En la boca de este, una señora nos indica que está parado, que algo ha ocurrido en el primer vagón. Así que, cambio de planes: nos vamos en bus.
En Madison Square Park, pasamos un rato en la tienda de Lego antes de ver el Flatiron, el cual tampoco nos ha parecido tan flat. Un cafecito, doble para cargar un poco las pilas que falta hace.
Pilas cargadas, arrancamos hacia la 5a avenida hasta el Empire State Building. Preguntamos si hay que reservar y que tranquilosz que volvamos después a la hora que vayamos a subir. Así que nos vamos a Macy's donde dos miembros de la Salvation Army ponen música.
Unas compritas en la zona y un poco de acción por parte de los bomberos (saludan y todo por qué sí en cuanto te ven con un móvil en la mano), y vuelta al Empire State. Al llegar nos dicen que tenemos que volver a las 6, que ya están agotadas las entradas pero que con el pase podemos acceder después.
Así que, nos acercamos a Bryan Park donde comemos en las mesas que hay en el parque. Una vuelta por el mercadillo navideño, una parada rápida en la biblioteca para hacer uso del baño (mentalidad de pobre) y un poco de vicio en Muji después, volvemos por tercera vez al rascacielos. Y.....de nuevo largas. Que volvamos más tarde. Ahí ya asoma el humo por las orejas y al final nos llegan a explicar que tenemos que hablemos con la empresa con al que hemos contratado el pase. Y ahí es donde nos damos cuenta de que para poder reservar la hora de visita existe un link. Visto lo visto, decidimos que es momento de retirada, no sólo porque necesitamos hacernos con café antes de volver a casa sino porque poco más y hoy también podríamos haber vuelto calentitos a casa.
De vuelta a casa, aprovechando que es temprano, momento colada y vinito. Reorganizado todo, ahora sí, mañana será otro día.
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