A las 10 en punto nos recogen en el embarcadero y rumbo al aeropuerto. Nada más dejar la ciudad no se ve más que desierto. De cuando en cuando algunos edificios aislados. Nada más. Ya en el aeropuerto, filas separadas para entrar al mostrador de facturación. Trámites realizados así que una foto para el enlace de Abu Simbel además de convertirnos en los camellos de propinas (el guía nos da la propina para su compañero de Abu Simbel). El surrealismo no deja de perseguirnos.
Tras despedirnos, cruzamos ahora si el control de seguridad. ¿Que llevas un protector solar de 200ml? Ningún problema. ¿Que llevas los líquidos y la electrónica sin sacar? Ningún problema. Eso sí, nada de mecheros, y menos 4. Poca negociación hace falta para poder conservar al menos uno.
Una pequeña espera en el aeropuerto y en seguida llega la hora de subirse al avión. 3 y el del tambor. Eso sí. El avión se pone en marcha antes de hora y con pasajeros todavía de pie, con sus maletas en los pasillos y sin vídeo explicativo de las emergencias. Al parecer, el piloto tiene prisa.🤣🤣🤣 Tiene suerte. En a penas 30min llegamos. Un salto.
Lo de que nos trasladen en un autobús solo para nosotros... Para otro post. Ya en el barco (M/S Prince Abbas), dejamos todo en el camarote y empieza 'la carrera': reponer fuerzas con la comida y una ducha rápida (muy necesaria después de los últimos dos días). Acicalados, nos vamos a ver los Templos del Sol, atracción principal de la ciudad Abu Simbel.
Junto con una familia canaria y bajo un sol de justicia, sacamos el que parece que va a ser nuestro mejor amigo del viaje: el sombrero con protección UV. Y ¿cuál es la probabilidad de que tengas familia de nuestro pueblo? Pues eso.
Lo cierto es que aunque haga calor al sol, la sombra se nota. Esperaba que hiciera mucho más calor, más sofocante pero en absoluto. Eso sí, esto en pleno verano tiene que ser...tela.
Una explicación antes de entrar a los templos para situar la historia: el pueblo Nubio, el lago Nasser, los distintos momentos históricos. Algo más situados con Ramses II, Nefertari y sus coetáneos, visitamos a nuestro ritmo ambos templos. Sinceramente es un lujo la poca gente que hay. Creo que es una de las grandes ventajas de hacer el crucero por el Nasser. A pesar de haber sido trasladados, lo cierto es que el nivel de conservación, especialmente de los grabados del interior es muy alto. Aquí es donde aprendemos la difenreiga para identificar si son faraones (sello cerrado) o dioses (sello abierto) y ya dilucidamos que quien tiene ambos es que está en el proceso de conversión (cosecha propia) [faraón- sarcófago- cerrado vs dios- libre-abierto].
Se empieza a notar el cansancio acumulado (las últimas dos nochea no es que hayamos dormido en exceso), así que a la vuelta al barco, un poco de relax. Y que mejor que una cervecita durante el atardecer tras una ducha (150LE Stella de 500ml; precio de lo más aceptable teniendo en cuenta las circunstancias; la botella de agua grande fría son 55LE) [25LE=1€ aprox].
Con la caída de los últimos rayos del sol, hora de cenar: noche italiana. Y con el tiempo justo, directos al espectáculo de luces y sonido de los templos. Otro pequeño paseo siempre con zapatos cerrado por los escorpiones.
Sinceramente, el espectáculo como tal no merece la pena. Cierto es que te permite ver el templo de noche, con la iluminación nocturna y es un plan más. En nuestro caso, seguramente que estuviéramos bastante cansados también hizo mella en la apreciación. En cuanto al espectáculo, cuenta la historia del templo (y la grabación no lleva ningún ladrido de perro incorporado🤣🤣🤣). Tuvimos la suerte de que fuera en español pero para aquellos que no sepan el idioma, ofrecen sistema de audio también (entiendo que en distintos idiomas). Para que sepáis también, allí se puede tomar café y té. En cuanto a precio, nosotros le pagamos al guía 18€/pax (en la entrada ponía 500LE). También es dónde más personas con armas a modo de seguridad hemos visto hasta la fecha, excluyendo claro está lugares como aeropuertos o puestos de control. Ya habíamos leído que es algo muy común hoy por hoy en todo el país.
Ya de vuelta al barco, poco más quedaba: dientes, pijama y a descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario