lunes, 10 de abril de 2023

Día 2 - BCN - Aswan

Día de traslado por delante. Así que lo primero que hacemos por la mañana es preparar las maletas: bien de plástico de embalar. Nada como ser precavidos. Así que cargamos el coche y damos un paseo hasta el centro de Viladecans: estirar las piernas ya que toda la tarde la vamos a pasar entre aviones y aeropuertos y desayunar.

Poco a poco llegamos al ayuntamiento y ahí en 'La despensa de Eva' decidimos hacer el asentamiento mañanero y reponer fuerzas mientras unos vacían el móvil y otros actualizan el blog. No falta el debate de si somos o no somos PAS (aquí cada uno se entretiene como puede). Se acerca la hora y vuelta paseo a recoger el coche  para poner rumbo al aeropuerto. En unos 20 minutos tenemos el coche aparcado.

En la cola para los mostradores de facturación, nos hubiéramos hecho ricos de haber traído el resto del plástico de embalaje. Mentalidad de tiburón ante todo.🤣🤣🤣 Como siempre, no hay nada como fichar a otros pasajeros y hacer cábalas.

Último vicio y a pasar el control. Ya dentro, pasamos el control de pasaportes, donde a los más peligrosos envían a la policía. Buscamos la puerta y ya localizadas páramos a comer. Casualidades de la vida; justo una compañera del curro en la mesa de la lado. What are the odds?!?!

Una ensaladita y unas mandarinas y a esperar. El vuelo se retrasa un poco. Así que, vuelta a fichar a pasajeros y a buscar vuelos para un plan B (esto de viajar con gente PAS es lo que tiene: más val prevenir y buscar alternativas que luego lamentar); que sepáis que existe un vuelo diario a las 6:30 CAI-ASW (MS 82) por si alguna vez os hace falta. #compartirEsDeGuapas.

Con casi una hora de retraso pero ya en el avión. 4 horas nos separan de Egipto. Un vuelo que se hace ameno entre la comida y el visionado de una de mis pelis favoritas: Matrix. Aunque un poco de tiempo al deber también le dedique (cuestión de equilibrio). Además, los de al lado son de Portugalete y descubrimos que tenemos el mismo segundo vuelo. Al bajar del vuelo comentamos que percibimos que son bastante amables.

Entre el retraso y que el vuelo no nos deja en la terminal en finger sino en jardinera, llegamos a la terminal con poco más de una hora hasta el siguiente vuelo así que buscamos a nuestro enlace que lo encontramos nada más subir las escaleras. Una gozada: tiene la visa preparada y nos lleva hasta el control de pasaportes. Allí mismo nos percatamos de que es la hora de la oración. Eso sí, no pasa desapercibida la mirada de incredulidad que otros pasajeros (ya os he dicho que es deporte nacional lo de fijarse en otros pasajeros y hacerte tu propia película) muestran al vernos en esa fila con nuestro enlace.

Una vez de pasador el control, nos despedimos de nuestro enlace y empezamos a acelerar: queda poco tiempo y parece que hay unas distancia considerable hasta la puerta de embarque. Nos encontramos con otro obstáculo: hay que pasar por el arco de seguridad y hay cola. Vamos con el Peking Express: intentamos localizar a alguien en la fila que sepa inglés para poder colarnos puesto que el vuelo sale YA. Amablemente un señor intenta comunicarse con nosotros pero no lo conseguimos; otra chica que si sabe inglés nos medio entiende pero nada. Hasta que localizamos a los otros viajeros en la fila, nos juntamos a ellos y a una guía le comunicamos que perdemos el vuelo y con toda su calma nos trasmite que claro, adelante, que tranquilos: Life is beautiful.

Hombres izquierda. Mujeres derecha. Zapatos fuera. Entre el caos y los nervios empezamos a pasar. Aparecen los chicos de Portugalete, les decimos que hablen con la guía para colarse. Nos paran dos mochilas: hay que abrirlas, sin saber cuál es el problema; algo metálico. ¿Qué narices? Tras unos segundos, bingo: los cambios que llevamos en blisters de manera organizada. Las diversas drogas que llevamos no pero tanto metal junto sí. Zapatos en mano y a correr. 2 pisos abajo para descubrir que no han empezado a embarcar.🤦‍♀️🤦‍♀️🤦‍♀️ Bienvenidos a Egipto: otra cultura, otro ritmo.

Último vuelo del día hasta Aswan. 1h 40min. Nada más aterrizar otro enlace de la agencia nos recoge y directos en la furgoneta al hotel. Se percibe una ciudad llena de vida, especialmente siendo jueves de Ramadán. En el trayecto, el guía nos da consejos y nos comenta cómo va a ser el viaje.

Es la primera vez que viajamos por agencia. Teníamos claro que Egipto sería sí o sí por agencia. Eso sí no esperaba no tener que utilizar las manos en todo el viaje:🤣🤣🤣 Barco para cruzar al hotel que está en una isla y carrito de golf para llegar a la recepción. Nos queda claro que de poco nos vamos a tener que preocupar. Manos caídas hasta la vuelta.🤣🤣🤣 Eso sí, antes de acostarnos, el bollito de pan del primer avión con mantequilla para recordar nuestro habitat natural.🤣🤣🤣




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