El día comienza visitando los templos de Karnak. Lo cierto es que es inmenso. 3.5km². Recorremos el complejo por el eje central conociendo las diferencias de los templos. Parece que poco a poco algo vamos conociendo. También damos las vueltas de rigor al escarabajo. Por si acaso.🤣🤣🤣 Entre los visitantes, nos cruzamos con una influencer oriental que va acompañada de Duffy.
Después, una visita a una casa de esencias. Cómo no, caemos. Es que es complicado no caer con 'El matador'. 😬😬😬 Alguna debilidad habrá que tener. Con nuestros alijos ya en las mochilas, nos vamos hacia el templo de Luxor en plena Corniche. Templo romano que está conectado con Karnak a través de la avenida de las esfinges. Y vemos la técnica depurada de restauración que emplean uno de los trabajadores: palo largo y cepillo de fregar. Cuanto menos, ingenioso.
Acordamos con el conductor reunirnos un par de horas después y nos adentramos, primero, en el zoco turístico. Pero si vais, al acabar, cruzada la calle: se os abre una puerta a otro mundo. Ese Egipto que por lo que estamos viendo, intentan evitar a toda costa que veas: telas, comida, bisutería, ferreterías,... Echaba en falta ver realidad en el viaje. Ver eso que no se muestra, de lo que no se habla. Hay miradas que se quedan en la memoria. Cuan diferente es la vida según en qué lado del mundo caes.
Buscamos algo para comer antes de irnos pero lo de pagar un cuarto de pollo 6€ como que no, la verdad. Así que acabamos creo que donde todos los turistas: McDonald's 🙈🤣🤦♀️. Eso sí, con parsimonia no vaya a ser que vaya todo a la velocidad de la luz.
De vuelta al barco, tenemos unas horas por delante así que nos subimos a la terraza: sol, hamaca, libro, chapuzón. Había que probar el charquito de este barco.😬😬😬
17:30, rumbo al aeropuerto pero como en todo viaje, algo tiene que pasar: el vuelo se ha retrasado 3 horas. Intnwtamoa cambiar al de las 19:30 pero no hay suerte así que como podemos, hacemos tiempo: leer, unas almendritas, intentar no quedarnos dormidas en la mesa,.... Incluso algún pequeño incidente con una manilla. Según llegamos al avión, caemos secos. Justo justo abajo un ojo para coger el agua. El resto del vuelo, solo nos falta roncar. Pasada la media noche, llegamos a Cairo donde nos recoge Mohammed. maletas y al hotel. Mañana, vuelta a madrugar (aunque han tenido a buena consideración retrasar una hora la salida).
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