Nos vamos hacia Giza para comenzar la visita de las 3 pirámides: Keops, Kefren y Micerino. Nos debatimos sobre si entrar o no, debido a que al parecer la entrada es muy angosta. Sin embargo, Manar nos comenta que es bastante factible hacerlo, que entran dos personas, así que decidimos comprar las entradas para entrar a la pirámide de Kefren y si en el momento no lo vemos claro,darnos la vuelta.
Así, llegamos a Giza y tras una pequeña cola, entramos. Impresiona ver el tamaño de las pirámides (unos 140m de alto y 230m cada lado de la base. En comparación con la gente, se ven enormes. Visitamos Kefren y es momento de entrar. El camino se hace llevadero: en apenas 5 minutos se llega a ver el espacio donde está el sarcófago; tramos en los que incluso se puede poner de pie. Una experiencia recomendable. Una vista panorámica antes de ver la esfinge, que también sorprende por su tamaño. No sé qué esperaba pero si me sorprenden en tamaño, al igual que pensaba que no íbamos a poder sacar una foto decente por el gentío que se veía pero se consigue con algo de paciencia.
Ya de vuelta, parada de rigor en una tienda de papiro, parada que aprovechamos para comprar las patatitas que más tarde van ser parte del aperitivo. Siempre hay que probar las patatas de otros lugares y averiguar que sabores hay en ese país.
Así que, con todo hecho y con un cansancio bastante considerable, vuelta al hotel. El plan está claro: piscina, cerveza y patatitas en la hamaca. ¿Hay a caso plan mejor? Yo creo que no. Así que bañito en la piscina que está calentita y a descansar un rato, que la tarde llega cargadora.
Ya habiendo descansado y con una ducha en el cuerpo, nos vamos al Cairo Antiguo. Nos juntamos con una pareja Mexicana de Sinaloa. Salimos algo antes de romper el ayuno. Hay hordas de gente en todos los sitios. La verdad es que es alucinante el gentío que hay. Mires donde mires está lleno de coches y de gente. Vemos cómo rompen el ayuno junto a la mezquita, en familia. Impresiona verlo con tus propios ojos. La gente describe Cairo como caótica y para mí, no es cuestión de caos. Es otra cosa
Paseamos por Khan el-Khalilii los alrededores, tomamos un té en el conocido café el fishawi (donde me juego la mano izquierda, por si acaso, a que los de la mesa de enfrente no eran de muy lejos; y eso que iban sin Quechua, 🤣🤣🤣).
Seguimos callejeando, viendo cómo eran antaño las casas, gente disfrutando de la noche. Pocos turistas vemos por ahí: otro grupo y poco más. Sí que somos un poco 'la atracción' de la zona. Vemos como por cada paso policial es preciso 'saludar' y quien dice saludar dice untar. Se mueven así.
Una gozada ver algo de realidad. Ver cómo vive el 90% de la población. Al final es de lo que se trata viajar ¿no?
Antes de irnos a cenar, pasamos por un cementerio. Curioso cómo es esta especie de cementerio público en el que hay fosas comunes para hombres por un lado y para mujeres por otro y está custodiado por una familia. Al final, el respeto a la muerte y la forma de convivir con ella tiene mucho que ver con la cultura del lugar. Para finalizar, nos acercamos al monumento de los soldados caídos, donde asesinaron al presidente Sadat.
Nos acercamos a un shawerma a cenar. Lo que entendemos que es una cadena de comida (kazaz) y entre charla y charla y bocado y bocado, conversamos sobre la gastronomía mexicana. Muy típico lo de estar comiendo y hablar de comida.😅😅😅 Al terminar, nos despedimos de ellos y a descansar.
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