¡Qué bien sienta dormir 12h! Hoy ya vemos el día de otra forma. Hemos desayunando súper a gusto. Nos hemos puesto las botas. Y ya, en marcha.
Tras haber preguntado el precio aproximado del tuc-tuc en el hotel (50.000-60.000 VND), negociamos los 3 para ir al mausoleo de Ho Chi Minh. De inicio nos piden piden 150.000 VND por tuc tuc y gracias a nuestra regatista oficial, I, conseguimos los 3 por 200.000. Y ahí empieza la aventura! Turistas totales, vamos entre motos, coches,... Unas risas. Muy recomendable la experiencia.
A pie, visitamos la zona. Un guardia en el mausoleo de Ho Chi Minh se ofrece para sacarse una foto. G se lleva el regalo: un buen achuchón del guardia. Seguimos paseando hacia la pagoda Gran Quoc del lago Truc Bach. Mucha agua por el camino para llevar mejor la humedad. Caminamos esta vez hasta hasta la pagoda de un pilar. Muy bonita. Muy cuqui diría yo XD. Descansamos un ratito es escuchando a los pájaros.
Tras la pausa, hemos intentado acercarnos al museo etnológico. Hemos pedido ayuda a una chica y amablemente, gracia a su San Google Maps, nos ha indicado la dirección y que nos recomendaba coger taxi puesto que se encontraba lejos. Así pues, hemos decidido cambiar de dirección y dirigirnos al Templo de Literatura, la primera universidad de Vietnam. Una visita que, personalmente, me ha gustado mucho. Íbamos adentrándonos en el recinto mientras leíamos nuestra guía :).
Al salir, nos hemos dirigido en dirección contraria al centro, algo poco agradecido ya al mediodía y con el cansancio. Al final, poco a poco, hemos llegado a la calle Hang Manh 1, donde nos habían recomendado probar sus rollitos. Y la verdad, muy muy ricos. Y muy simpáticos. Una pareja de orientales se ha dejado el termo y han saludo corriendo tras el taxi para intentar entregarles el termo. Un detalle. Eso sí, ni cortos ni perezosos, al no alcanzar el taxi, han probado qué era. En unos minutos ha aparecido el taxi y se han llevado su tesoro.
Después, nos hemos sentado a tomar un café y un crêpe en Waffles House en la misma calle. El café vietnamita es con leche condensada, estilo al café bombón pero con mayor sabor a café.
La segunda parada la hacemos en Ta Bien, una calle de bares con terracitas en la calle. El clásico es la cerveza local, Bia Ho. 5000 VND la caña. Una ganga. Inevitablemente, se nos acercan vendiendo, entre ellos, un niño, al que I, coge del hombro y con cara seria, le dice 'pero ¿qué haces? Tú lo que tienes que hacer es ir a jugar'. Menudas risas. De hecho, decidimos tomarnos la segunda ronda para paliar el error del mango callejero: no maduro, con sal y cayena o algo similar. Horroroso. ¡Ah! Y cuidado con el top manta de la política: de repente estás en la terracita tan a gusto y te tienes que levantar porque la desmantelan. Por lo visto, sucede 2-3 veces cada noche. Así que, no os asustéis.
Ya a última hora, vamos ya a por las mochilas al hotel. Intentamos reservar el autobús de sapa a Halong pero imposible. Así que, cogemos agua y víveres para el tren y nos vamos en taxi. Llegamos con tiempo a la estación. Y a priori, en la compartimento vamos las 3 solas. Así que, con el 'tracatrain' a Sapa.
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