viernes, 11 de septiembre de 2015

Día 6 - Bahía de Halong

Amanecemos en una parada de autobús con el mismo cerrado y los chóferes dormidos. En un principio no era Halong y al rato, descubrimos que sí. Bueno, descubrimos eso y que a una chica le han robado el móvil. Así que, mano a la mochila por si acaso.

En un taxi incluido en el precio nos llevan al puerto. El puerto de las excursiones del día. Hemos ido preguntando buscando los cruceros. Poca cosa había. Eso sí, todas las del mostrador de los tickets dándose crema como si no hubiera mañana. Así que, sentadas en las escaleras, hemos llamado al taxista que nos había ofrecido el que tenía mejor calidad-precio, al menos la pinta.

Y ahí estamos. Los cuatro sentados con un regateo duro-duro. Poco conseguimos rascar pero por fin ya tenemos cerrado el crucero.

Antes del embarque, el taxista nos acerca a su hotel, donde pasamos las horas muertas de charleta. Habíamos quedado con el chofer a las 11.30 pero se retrasa. Le llaman y en diez minutos (más bien veinte), nos recoge con una música digna de discoteca.😂😂😂

Y por fin, con mucha espera, llegamos a nuestro barco. 😍😍😍 Por fin toca descansar. Nada más entrar nos ofrecen un zumo. Dejamos las maletas y listos para comer. Con el hambre que tenemos, devoramos.

A lo largo del día, en el barco volvemos a coincidir con las tres euskaldunas de Sapa, conocemos a un matrimonio de Fiji (al marido le apodamos 'gure Risto' por ser publicista), un Australiano que viaja sólo (primo hermano de Mr Bing), otra pareja de australianos bastante raros,... La fauna y la flora del barco, vamos.😂😂😂

Después de un rato de colada y de acicalaros, nos vamos a visitar una cueva y tras esta visita, el barco parte hacia una una isla con un mirador a 425 escalones de altura. Las agujetas de ayer no nos hacen muy fácil el ascenso pero lo conseguimos. La vista lo merece. Al bajar, un baño cálido con el atardecer de fondo. Recuerdo para siempre.

Al regresar al barco, nos espera un tentempié de frutas en la cubierta. Bueno, frutas y galletas Maria. Ñam ñam ñam.

Antes de cenar una ducha que sienta genial. Y ya en la mesa, 11 platos nos esperan. Nos ponemos como el kiko. Y después, en el juego por mesas, ¡nos ganamos la merecida cerveza por ganar!

Subimos a la cubierta superior a charlar, contemplar las vista y acabar la cerveza.

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