miércoles, 9 de septiembre de 2015

Día 4 - Sapa

La noche en tren ha sido movidita. Nos ha costado dormirnos. Primero fresco luego calor. Pero bueno, hemos subsistido. 20min antes de llegar a Lao Cai nos han tocado a la puerta. Llueve. Según paramos, ya tenemos a uno de las furgonetas en las que nos suben a sapa.

Nos piden 200.000 por persona. Menos mal que tenemos a I que nos regatea a 250000 las tres.😜😜😜. El trayecto es de unos 50min. Nos bajamos en el Royal Hotel, uno de los hoteles al que iban otros de la furgoneta. Ni abrir la furgoneta y ya están todas las mujeres intentando que te unas a ellas.

Entramos al hotel para preguntar si podemos dejar las mochilas y ducharnos. Hacemos todo con ellos. Nos ayudan también con el bus hasta Halong Bay. Muy atentos, la verdad. Hasta las 9.30 no sale la excursión. Así que,  nos sentamos en los sofás a esperar.

Puntuales, partimos hacia Ta van, donde vamos a hacer noche. Menos mal que llevamos a nuestras amigas porque si no, nos hubiéramos desnucado. La lluvia durante la noche ha dejado el camino hecho un barrizal. El colmo es que una mujer con bebé a la espalda te ayude a bajar.😂😂😂 Una que es torpe😜😜😜.


Para los que estéis interesados, es bajar los arrozales por lo que un poco como cabras sí que es. Pero se puede hacer a nivel usuario. El problema es el equilibrio y el barrizal.


Tras un buen trecho, hacemos parada técnica. Unas avellanas, agua y cocacola light nos reviven para un ratito más. A eso de la 1, paramos para comer, previo paso por taquilla. Nosotras caemos con unas carteritas. La comida muy apetecible. Los rollitos de rechupete.

Después de reponer fuerzas, tenemos una hora de paseo todavía. Vemos diferentes escuelas, todas ellas pintadas de amarillo. Despacito vamos avanzando con todo el cansancio encima.


Finalmente, después de un último repecho mortal, llegamos al homestay. Y la gran sorpresa: hay ducha ( y nosotras sin nada XD). Pero oye, nada como la necesidad: camiseta y pantalón con un poco de jabón y agua y a la cerca a secarse. Una de las mejores duchas: la necesidad.

Después de la ducha, cervecitas. Probamos la local, la de Lao Cai. Más floja y con más dulzor (más similar a una clara con limón) que la Hanoi.

Y, por fin, al anochecer, nos sirven la cena. Espectacular. Muy limpio. Muy rico. Vamos que nos hemos puesto las botas. Repitiendo y todo. Y happy water (sake) para calentar el cuerpo todo amenizado con una amena y divertida charla. Va a ser una noche calentita.😜😜😜
Un duro colchón, mosquiteras y visitantes antiguos nos esperaban toda la noche. Y mucho que conseguimos llegar a dormirnos después de autofunigarnos con el repelente.

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