jueves, 13 de septiembre de 2018

Día 22 - Penang

Comienza el último día. Desayunamos tranquilamente, charlando con una chica super maja que va a estar viajando 7 semanas. Subimos a recoger las mochilas y realizamos el check-out. Preguntamos por lugares para visitar ese día y el chico de recepción, super amable, nos marca en un mapa distintas actividades así como lugares para comer.

Así que, con nuestro mapa, primero decidimos ir a ver los graffitis que nos faltan. La verdad es que se agradece que el tiempo no sea tan soleado como ayer; aprieta menos el calor y no se suda tanto. En la zona de los graffitis, probamos otro polo de mango que tiene mejor pinta. Y así es, aunque sigue sin estar al nivel del polo de China.😂😂😂

Nos dirigimos hacia la zona del puesto callejero que nos han indicado para comer. Pero no llegamos. De camino empieza a jarrear como si no hubiera un mañana. Así que, ahí que nos plantamos en una terraza cubierta q tomar un café. ¿Qué otra cosa se puede hacer en esta situación?😂😂😂

Cuando amaina un poco, vamos hasta el puesto. Nos cuesta un pelín encontrarlo pero ahí nos plantamos viendo como muchísimos turistas cogen esa bola de hielo a la que le ponen unos fideos verdes y alubias bañadas por un líquido blanco.😳😳😳

Tras un rato observando, decidimos probarlo. ¿El error? Sentarnos en el local que nos dicen. ¡Huele fatal! Nauseabundo. Acabamos rápidamente con el plato, que dicho sea de paso, de sabor no está mal aunque la pinta no sea atractiva, y nos vamos a buscar algún sitio para comer. Nos acercamos al sitio del cerdo con arroz pero vemos que la carne no la hacen al momento y como nos apetece algo caliente, seguimos buscando. Nos cuesta encontrar algo pero finalmente, encontramos un sitio de noodles en el que comemos muy bien. Sólo nos queda el café del postre; volvemos al Mugshot a tomarnos un café a gusto.

Finalmente, sobre las 5 volvemos al. Hoteles a recoge nuestras mochilas y en Grab, nos subimos al aeropuerto. Vamos con tiempo ya que es hora punta. Ya en el aeropuerto, nos acicalamos, envolvemos las mochilas y a hacer tiempo. Llamadas de última hora y sólo nos quedan por delante 24h hasta llegar a casa. Vuelos en los que dormimos menos de los esperado pero que gracias a Friends se hacen amenos. Un buen desayuno con zumo de naranja y tostada en Madrid para coger fuerzas y en unas horas en casa.







Día 21- Penang


Última ciudad a visitar: Georgetown. Tras haber descansado y desayunando con calma, salimos a explorar. Nos vamos.hacianñqs calles en las que se encuentra el arte callejero. Ahí nos unimos sutilmente a un grupo.😂😂😂 En seguida se nota como leísmo l calor aprieta y echamos mano a una botella de agua para paliarlo.

Poco a poco llegamos al chew jetty, una zona de antiguas casas pesqueras construidas sobre el mar. Los olores que de vez en cuando nos atacan (suciedad y durian) son bastante malos. Nos marchamos hacia la zona de ayuntamiento y al cruzar, casi atropellan a una turista.

Tras visitar la zona del ayuntamiento, decidimos volver a nuestra calle y buscar un sitio para comer. Así es como encontramos el Teksen donde comemos un pollo Thai y agridulce de chuparse los dedos. Si es que nos falta un cacho de pan para mojar.😂😂😂

Decidimos hacer una pausa para descansar en el hotel ya que entre el calor y que ya son muchos días, estamos bastante cansados.

Volvemos a salir por la tarde pero lo cierto es que poco vemos. Nos tomamos un café y volvemos un rato al hotel para ducharnos. Ya anochecido, nos acercamos al red food paradise, un mercado de comida en el que suele haber un espectáculo. ¡Y tanto! Las risas que nos echamos con los últimos hits a dúo no son normales. Una pena que no acertamos con la comida con lo que nos gusta un puesto de comida.

Nos volvemos a casa a preparar la maleta para la vuelta.






lunes, 23 de julio de 2018

Día 20 - Singapur/Penang

6.37. Suena la alarma. Me cuesta situarme. Una ducha rápida y a desayunar. No hay tiempo que perder.

Según salimos, la humedad del ambiente nos saluda. Son las ocho y ya estamos sudando. Vamos hacia Marina Bay Sands bordeando el lago. Se ve mucha gente practicando deporte. Incluso vemos una carrera. Bastante aplatanados, entramos al Gardens by the Bay. Un gran jardín en plena ciudad.

Volvemos poco a poco hacia el hotel para hacer el check-in y dejar las maletas en recepción pero antes, una parada para un iced latte que con esta humedad no hay nada mejor. Ponemos rumbo a Chinatown. Vamos callejeando, buscando los distintos templos y lugares de interés. La zona tiene mucha vida.

Y así, llegamos a una de las paradas obligatorias: el restaurante con estrella Michelin más barato del mundo. Por algo menos de 8€, probamos un par de platos. El plato estrella, el pollo, está de lo más tierno y jugoso. Contentos con la experiencia, ponemos rumbo a otro lugar friki. Tras una pequeña caminata llegamos al Central Perk. Si es que la mañana iba de frikismos. Un Chandler Bing Latte y un Rosspuccino con los episodios de fondo. Nada más que añadir.

Nos quedan menos de dos horas antes de tirar para el aeropuerto sus que arrastramos nuestros pies hasta little India. Nos decepcionar un poco puesto que no tiene tanto carácter como Chinatown aunque es curioso ver la devoción de la gente en los templos de la zona. Decidimos volver en metro para ahorrarnos el pateo.

Llegamos al hotel, un poco de agua, mochilas al hombro y de vuelta al metro hasta el aeropuerto. Se empieza a notar el cansancio. En poco más de media hora llegamos al aeropuerto y lo primero: buscar el mostrador de facturacion para deshacernos de las mochilas grandes.

Pasamos inmigración y ya en la zona de embarque, buscamos un sitio para comer. El mejor pollo al curry de estos días. Increíble. Y a buen precio. Rápidamente gastamos en tonterías el dinero que nos queda (pensábamos que Singapur era mucho más caro pero en absoluto), dos iced latte y a correr a la.puerta de embarque para descubrir que el control se hace justo antes de entrar en el avión por lo que no podemos meter las bebidas. Engullimos los iced latte y con nuestro alijo de patatas y chocolatinas, pasamos el control. Sinceramente, no tiene sentido pasar el control antes de entrar al avión en lugar de en el momento de pasar a la zona de embarque.

Nos toca esperar un rato. Salimos con algo de retraso, y ojalá sólo hubiera sido eso. El intento de aterrizaje nos deja de piedra: a poco más de un minuto antes de tocar tierra, el piloto acelera y asciende muy rápido; al parecer había otro avión mal colocado, es decir, en todo el puto medio. El susto en el cuerpo nos dura los próximos 20min que es lo que tarda en maniobrar y volver a descender.

Ya en el aeropuerto, pasamos todos los controles, recogemos las mochilas (que son las últimas) y nos vamos en el bus 401 al centro. Si ya hemos aterrizado 1h más tarde, el largo trayecto en bus (algo más de una hora), se nos hace eterno.

Llegamos al hotel y poco más que una ducha y a dormir. Ni salimos a cenar si quiera. El cansancio acecha.










Día 19 - Nusa Lembongan/Bali/Singapur

Y por fin, parece que llega el día de poder salir de la isla. Bien temprano, cerramos la maleta. Han quedado en pasar a recogernos entre las 10.00 y las 10.45.

Desayunamos con calma y estamos charlando un buen rato con la familia que también se ha alojado en este homestay estos días. Finalmente, descubrimos que son de Turquía y tras Indonesia, van a visitar Tailandia por 4 vez. 

Se acerca la hora así que nos vamos a la habitación para cepillarnos los dientes y finiquitar todo. En seguida, sobre las 10.05, llegan para recogernos en un carromato de los que hemos visto estos días. Tras recoger a otra familia, llegamos al puerto. Ahí conocemos a L., una chica que lleva viajando por Asia desde finales de enero. Intercambiamos impresiones mientras esperamos a unos pasajeros que se retrasan.

Por fin llega la hora de embarcar y poner a rumbo a Bali. Es cierto que el mar está revuleto. Aunque no se aprecian olas individuales, wl horizonte se mueve como si fuese una manta, arriba y abajo. El trayecto dura poco más de 30min. Al llegar queda esperar a que bajen las mochilas.

Nos alejamos un poco del puerto para buscar un taxi. Regateamos poco; somos 4 y nos va a salir igualmente bien de precio. Llegamos al aeropuerto a los 40min aproximadamente. Ahí nos despedimos de S. y de C. que salen  de la terminal de vuelos domésticos.

Comienza nuestra nueva aventura. No hemos querido volver a arriesgarnos comprando los billetes de antemano. Así que, primer objetivo, conseguir wifi. Qué horror. Hasta ahora siempre nos iba genial y justo cuando más lo necesitamos, Ley de Murphy. Nos cuentas más de hora y media comprar unos billetes de avión a Singapur. Problemas con el wifi, las webs,... Es la primera vez que voy a un aeropuerto sin billete.😂😂😂

Nos queda hacer tiempo y nada mejor que aprovechar para comer y cargar los móviles. Un malentendido en la cuenta hace que el jefe nos tenga que explicar el desglose de dónde viene. Solucionado. Nos vamos a facturación y con las tarjetas de embarque en la mano, nos vamos a pasar el control. La falta de costumbre sumado a que no haya usado, hace que no me de cuenta de que llevaba una navaja suiza en la mochila.🙈🙈🙈 Una que a veces es un tanto lerda. Así que de suiza a casa y se queda en Bali.😔😔😔

Gastamos el dinero que nos queda: las oreo y agua siempre es una buena idea. Pasamos un poco el rato hasta nuestro embarque rumbos Singapur aunque la pantalla señale Ámsterdam, que es el destino final de dicho avión.

Un vuelo que nos sirve para cenar y surtirnos de auriculares mientras vemos series (¡tienen Friends!). Se hace corto y aunque J. echa una cabezadita yo al final, nada.

Llegamos sobre la hora prevista. Lo peor: lo largo que se hace siempre pasar inmigración. Rápidamente sacamos algo de dinero y nos vamos a por un taxi, ya que a estas horas ya no hay metro. En cosa de media hora nos deja en la calle de al lado del hotel, ya que está cerrada viernes y sábados al ser una zona de bares.

Localizamos el hotel y siguiendo las instrucciones que nos han dejado para hacer el check-in a deshora, conseguimos entrar. ¡Ahí nos esperan nuestras cápsulas!😂😂😂 Son las 00.30 así que dejamos la mochila grande, cogemos la cámara y nos vamos a dar una vuelta.

Por el río nos acercamos hasta poder ver Marina Bay Sands. ¡Menuda mole! Nuestra intención era llegar al Gardens by the Bay pero nos encontramos con un tramo vallado. Es bastante tarde y tampoco estamos con ánimo para seguir tirando. Decidimos sentarnos en unos puestos que hay desde los que se escucha música en directo. Fichamos algo para comer en un puesto de comida india. ¡Un acierto! Tanto el Roti John como el pollo Murtabak están buenísimos. Con la tripa llena, y pasadas las 2 a.m., volvemos al hotel para al menos descansar unas horas. Mañana toca patear a tope para aprovechar las pocas horas que tenemos en la ciudad.





domingo, 22 de julio de 2018

Día 18 - Nusa Lembongan

¡Que están saliendo barcos a Bali! Y al grito saltamos de la cama, nos vestimos, nos ponemos el casco y junto a S. y C., dos chicas extremeñas, ponemos rumbo al puerto del puente. Muchos turistas con sus maletas. Se nota el caos. Preguntamos. No venden billetes, sólo viajan los que ya tienen de antes. Nos dicen que en Mushroom Beach. 

Moto. En marcha. De camino, paramos en el Dimi, anterior alojamiento de S. y C., porque el chico fue super simpático. Así es. Nos acompaña a Mushroom Beach. Llegamos en tiempo récord. Nada, que compremos mañana. Ni hablar. Volvemos al puerto. Ya no hay tanta gente. Nos dicen que en Juntbatu están vendiendo billetes.

Decidimos desayunar. Llevamos un par de horas dando vueltas. De repente, el chico del Dimi le llama a S., que un amigo le dice que sí hay billetes, que vayamos. Ni desayunamos.

Todos a las motos y nos vamos a Juntbatu. Al llegar, nos dicen en un principio que hay una plaza para la tarde pero, nuestro gozo en un pozo; otra chica dice que cero. Me quedo con la sensación de que sí hubiéramos podido ir pero finalmente, tenemos billete para mañana. Definitivamente, perdemos nuestro vuelo a Singapur.

De vuelta en las motos, volvemos a casa a desayunar. 3h dando vueltas por la isla, con la sensación de que los de nuestro alojamiento no nos han ayudado en exceso sabiendo que perdíamos un vuelo. Necesitamos relax. Así que, nos quedamos en la piscina.

Baño. Lectura. Música. Cerveza. Así hasta conseguir que el cabreo se pase un poco. Al mediodía, nos juntamos con otros canarios, C. y J., muy simpáticos con los que, a remojo en la piscina, pasamos un par de horas de charla.

Sobre las 4, sin comer si quiera, nos duchamos. Nos aconsejan ver el atardecer en Nusa Ceningan, una isla conectada con Nusa Lembongan por un famoso puente amarillo. Primero, en busca de un cajero. Averiado. Menos mal que otros turistas al vernos nos.ondican otro que hay cerca. Al pasar, nosotros también indicamos a otros turistas. Gasolina a precio de oro y rumbo a Ceningan.

El puente, para mis habilidades moteras, es demasiado estrecho. No sudo más porque no se puede. Buscamos un local desde el que ver la puesta de sol. La verdad es que la última puesta de sol indonesa se porta bien.

Volvemos a casa. ¡Maldito puente de nuevo! A los lugareños les falta gritarme.😖😂 Ya en casa, algo de relax. Preparo la mochila haciendo bien el Tetris.

Nos vamos a tomar algo, tranquilamente. Escogemos unos cocktails que no merecen dicho nombre. Y encima, nos cierran la cocina y nos quedamos sin pizza. 🙈🙈🙈 Así que de vuelta a casa, compramos unas patatas y unas galletas y tan ricamente. Relax y a dormir.




Día 17 - Nusa Lembongan

Comenzamos el día cerrando las cosas que nos quedan. Ya tenemos el vuelo que nos falta así que después de mucho dilucidar, cogemos uno de los hoteles que nos queda. Al ir a por la moto les preguntamos para ir a Bali mañana y nos dicen que imposible: el espacio marítimo entre Nusa Lembongan y Bali está cerrado por oleaje, el 19 y el 20.😧😧😧 ¡Nuestro vuelo a Singapur sale el 20!

Cogemos la moto y nos vamos a una cala, Sandy Beach. El oleaje asusta hasta a los que somos del norte. Wifi en mano, toca ponernos en contacto con los seguros etc. Poco va a haber que rascar pero... Ya tenemos a la familia en marcha, nuestros mails también.

Medio gestionado todo y asumiendo la realidad, nos vamos otra vez a Mushroom Beach (buscábamos otra pero no hemos atinado connel camino). Vuelta a buscar wifi y caemos tarde en la cuenta de la opción de los helicópteros. Para cuando miramos está todo cogido y nosotros pensando que los helicópteros que veíamos eran  oficiales por el mar.😖😖😖

Un poco de lectura y en una de esas olas tenemos que salir corriendo a salvar la mochila porque nos alcanzaba. Hemos tenido más suerte  que los de al lado a los que la ola les ha empapado. Sobre las 3, comemos en un chiringuito con precios mucho más razonables y aunque nos volvemos un rato a la playa, en breve volvemos a casa.

Un poco de relax en la piscina y casualidad, nos encontramos con las chicas del barco de Nusa Penida. Ahí pasamos un par de horas entre baños e intentando dilucidar qué hacer para salir de la isla y charlando de viajes.

Una ducha y salimos a cenar. De nuevo al Tawe Beach. Cenamos de lujo, como siempre, y no nos queda más que descansar un rato antes de dormir.






jueves, 19 de julio de 2018

Día 16 - Nusa Lembongan

De repente escucho a J despertándome. Lleva ya un buen rato despierto: hasta se ha bañado en la piscina. En 20min nos traennel desayuno así que hora de desperezarse. Estar cansada es lo que tiene.

Desayunamos y cogemos el vuelo que nos queda antes de alquilar la moto para el día. Ponemos rumbo a Dream Beach. Carreteras pequeñas bastante mal asfaltadas que hacen del camino un rato un poco largo y tedioso.

Llegamos a la playa y nos damos cuenta de que sube mucho así que buscamos un sitio alto. Las olas son enormes y se ve que el mar no está para muchas tonterías. Cogemos el sitio del banco de arena que alguien había preparado. Mucha lectura. Mucha siesta. Y muchas risas con la gente cayendo en la orilla como.su fueran los bolos de humos amarillo debido a las olas.😂😂😂 Eso sí, unos cuantos inconscientes hasta dentro.

Sobre las 12, nos cambiamos de playa y llegamos a Mushroom Beach. También funciona como puerto así que mientras nos tomamos un iced latte (¡qué raro!), vemos a los cientos de orientales intentando subir al barco sin mojarse (tarea difícil puesto que embarcan en una playa).😂😂😂

Un rato de sol, lectura y baño antes de hacer hambre. Sobre las 3, vamos a comer al otro chiringuito. Eso sí, un chiringuito top: precios mucho más elevados pero a cambio, ¡servilleta de papel! Comemos tranquilamente frente al mar (ya se ha convertido en una costumbre) y volvemos a la playa para aprovechar las últimas horas del día.

El intento de snorkel fallido (la playa tiene mucha resaca) hace que volvamos al plan habitual estos días: siesta para J.,libro para mí. Eso sí, me hago amiga de un mini cangrejo que intenta salir de un agujero pero en cuanto me muevo, se vuelve a su hueco.😂😂😂

El cielo tiene cierta neblina así que deducimos que no vamos a poder ver el atardecer completo así que decidimos volver un poco antes. Una parada técnica en el camino y de vuelta a la piscina de casa para disfrutar un poco.

Ya cuando anochece, nos duchamos para ir a cenar al chiringuito de al lado. Como vamos con tiempo, tomamos una cerveza antes. Y ahí es cuando de repente, salta la luz en toda la isla y en la isla de en frente.😂😂😂

Recuperada la luz, subimos al piso de en medio para cenar más cómodos, tan cómodos que a J. se le cae el mechero y casi le da a los de abajo. Segunda vez del día que se le cae algo puesto que en la playa, teníamos las toallas secando mientras tomábamos el café y ahí que se ha ido al levantar el casco.😂😂😂

Cenamos sin más incidentes y volvemos a casa para descansar.






Día 15 - Ubud/Nusa Penida/Nusa Lembongan

A las 5.45 suenabel despertador. El driver can a pasar a recogerlos entre las 6y6.30 para ir al puerto. Sobre las 6.20 viene a recogernos ; la sorpr esa viene cuando sólo nos recoge a nosotros. Aprovechamos el viaje para dar una cabezadita y sobre las 7.10, llegamos al puerto.

Con unos bollos que compramos, la espera no se hace larga. Es curioso ver cómo se hace el embarque y desembarque ya que al salir de la playa, primero pasas d l barco a una pasarela flotante y luego, arriman otras pasarelas para subir o bajar.

Sobre las 8, tras otra cabezada en wl barco, llegamos a Nusa Penida, la más grande de las 3. Tenemos el alojamiento a unos 10min y nada más llegar, nos damos cuenta que lo malo de ser una isla es que los precios no dan mucho margen a regatear. Pagamos mucho más de lo que es el trayecto pero llegamos al alojamiento. 

Enseguida nos dan la cabaña y tras instalarnos decidimos tomar un zumo para situarnos. Al acabar, preguntamos por una playa a la que podamos ir a pie y ahí comienza el declive. Nos dicen que justo en frente hay una así que vamos hacia allí. Primera sorpresa: ahí no hay ninguna playa.

Volvemos al alojamiento con intención de coger una moto pero, segunda sorpresa, no les quedan (y tampoco muestran intención de echarnos una mano a buscar una). Nos vamos al hotel de al lado y nos intentan ayudar a localizar una moto, incluso se desplazan en una en busca de una moto para nosotros, pero nada. Nos empezamos a rayar y barajamos la opción de perder el dinero del alojamiento pero irnos a otra isla. Nos hemos venido a Nusa para estar de relax y no está siendo nada fácil así que, volvemos al alojamiento a coger las mochilas, pedimos que nos lleven al puerto y al darse cuenta de que nos vamos sin haber pasado la noche, nos preguntan el porqué y muy amablemente nos devuelven el dinero.

Así que, vuelta a coger taxi al otro puerto. Según llegamos, no hay taquilla: directamente te montas. Ahí es cuando íbamos felices pensando que nos iba a salir gratis.😂😂😂 Ilusos. El trayecto dura unos 20minutos, momento en el que empiezan a caer algunas gotas. La verdad es que está bastante nublado el día, pero a medida que nos alejamos de nusa Penida nuestro humor va mejorando.

Al llegar a nusa lembongan nos dicen que andando tendremos unos 15-20min y que por el trayecto en taxi nos piden 100.000. No se lo creen ni ellos: mochilas al hombro y a caminar. En unos 10min llegamos a nuestro alojamiento. Nos hemos cogido un Homestay con piscina porque la mala leche gastada en Nusa Penida.

Se nos empieza a cambiar el humor. El día sigue medio nublado pero en cuanto hemos dejado las cosas nos vamos a la piscina: leer, baño, siesta. Ni las gotas esporádicas que caen nos fastidian. Sobre las dos, me acerco a la tienda a por unas cervezas y unas patatas. La vida de vagos hay que hacerla bien.

Sobre las 3, empieza a acechar el hambre así que nos cambiamos y nos acercamos a un local cercano. Comemos con vistas, al solecillo y una vez que nos reponemos, nada mejor que una siesta en los puffs. Si es que el madrugón nos está pasando factura.😂😂😂

Ya cuando atardece, decidimos volver para seguir descansando y darnos una ducha. Sobre las 9, nos vamos al otro local que hay también en la recta. Cenamos y en seguida volvemos a casa. En cero coma, yo me quedo dormida con premeditación y alevosía.


miércoles, 18 de julio de 2018

Día 14 - Ubud

El día comienza temprano, 7.30, desayunando de nuevo en la terraza. Hoy es día de visita así que nos viene a recoger nuestro driver Hada las 8. La primera visita es la de los arrozales de Telangana puesto que queremos ir lo antes posible para intentar que no haya mucha gente.

Llegamos sobre las 9. Ya hay algunas personas pero todavía es bastante llevadero. Nos cuesta un poco encontrar las escaleras de bajada. Nos adentramos en las terrazas intentando dejar atrás el mayor número de turistas posibles. A lo largo del camino, encontráis varios lugares de 'donación', o más bien puestos dónde hacer frente al impuesto revolucionario. Nosotros tuvimos suerte y el de la entrada aún no había llegado y el segundo lo obviamos, pero si vais, llevad billetes pequeños.

Ahí andabanosnentr los arrozales cuando tras hacer la 13-14 en la segunda donación, J acaba con los pies metidos en la plantación.😂😂😂 Esto debió de ser el karma o algo por no dar dinero. Cuando decidimos irnos de los arrozales, vemos cómo el número de turistas ha aumentado considerablemente. De hecho, nos damos cuenta que por megafonía dan avisos a los turistas.🙈🙈🙈

Tras la caminata, una parada rápida para limpiar las zapatillas y ponemos rumbo a Tir Empur. En el camino, nuestro conductor nos va contando cosas sobre Bali, especialmente sobre el hinduismo. La verdad es que lo encontramos super entretenido. En seguida llegamos al templo y tras coger la entrada y colocarnos el sarong, nos adentramos en él. Es uno de los templos más conocidos de Bali; la gente viene a purificarse de ahí la piscina con los distintos chorros. Incluso algunos turistas se animan. Personalmente, creo que hay cosas que hay que dejarlas fuera del turisteo, pero allá cada uno. A la salida compramos algo para picar: cracker, de cacahuetes, yuca frita y cacahuetes picantes. Donde fueres, haz lo que vieres.

Ponemos rumbo a nuestro tercer destino: el templo k. Es increíble la de escaleras que subimos y bajamos para visitar los templos. Ver el carvado en las piedras, el entorno en el que está el templo,...es increíble. Se empieza a notar el cansancio así que antes de seguir, nos dedicamos un poco al regateo (aunque no conseguimos el sarong que queríamos 😔).

Aunque la idea era parar en las cascadas primero, al estar más cerca paramos primero en la cueva del elefante. No sé si es el cansancio o que al final una se satura pero ni fu ni fa. Así que una visita rápida y de camino a la última parada: la cascada de tegelalung. Nos echamos unas risas viendo a la gente y sus poses a la hora de sacar fotos. Hay mucha influencer por aquí, incluso algún youtuber. 😂😂😂. Aunque la idea era bañarnos, al ver que nadie lo hacía, nos damos media vuelta y ponemos rumbo a Ubud.

En el centro nos despedimos de nuestro conductor y nos vamos a buscar algún warung para comer. Acabamos en un clásico: el biah biah. Tardan en sacarnos porque sale les olvida nuestra comanda peor hay que reconocer que estaba bueno. A la salida, está medio lloviznando. Conseguimos comprar los billetes para Nusa Penida y de ahí, nos damos una vuelta por el mercado en busca del sarong perdido. Pero nada. Así que, una parada para un iced latte.

Poco más nos queda más que un buen masaje. Pasamos para confirmar que tengan hueco (vamos a uno que está al lado de casa ya que nos ha dicho el conductor que es de su mujer así que, mejor que el dinero se quede en casa). Confirmamos la cita y nos vamos a duchar cuando conocemos a nuestros vecinos de Urruña. Para que digan que no hay euskaldunes.😂😂😂😂

Ducha rápida y al masaje. Los mejores 6 euros del viaje. Salimos como nuevos. Un lugar super recomendado: muy cuidado y delicados (podok Bali spa). Con el cuerpo en modo relax, nos vamos a tomar una cerveza al local de al lado. Se acerca la hora de cenar y nos da mucha pereza ir al centro así que nos acercamos a una pizzería que hemos visto.

Llegamos cuando están cerrando pero son muy majos y nos preparan las pizzas para llevar. Amenizamos la espera con una cerveza y cuando acaban, nos vamos a nuestra terraza a cenar en compañía de los geckos. Lo que no sabíamos es que íbamos a cenar con la banda sonora de los sapos de la casa. ¡Menudos sonidos!  Hasta vemos el apareamiento.😂😂😂

Ha sido un día largo y nos toca madrugar así que preparamos la mochila, un poco de relax y ponemos fin al día.





lunes, 16 de julio de 2018

Día 13 - Ubud

A las 8:20, llega la mujer con el desayuno que nos coloca en la terraza.  Eso sí que es un lujo. Desayunamos tranquilamente un café, un pancake y fruta.

Pasadas las 9.30, arrancamos. Nos vamos hacia el centro de Ubud. Se nota muchísimo el turismo y el tráfico. No hacemos más que encontrarnos tiendas y cafeterías muy bien puestas. Muy Pinterest.😂😂😂

En seguida localizamos el camino hacia los arrozales: curiosa calle que está llena de firmas en la calzada, como si fuera el paseo de la fama. Si os animáis, no hay pérdida; solo hay que caminar. Perderse por los arrozales, caminos en los que no hay más que trabajadores del campo, tiene su encanto. Nos ha costado un poco encontrar el camino de vuelta pero simplemente, al llegar a los arrozales, hay que tirar a la izquierda (siempre que vayáis por la calle Kajang).

A la vuelta de los arrozales, decidimos ir hacia Penestaran para ver los arrozales desde otra perspectiva. Merece la pena el paseo por ver cómo va cambiando el paisaje. Además, a la vuelta tomamos el mejor café con hielos de Indonesia. El café se llama Ant y lo lleva un chico super simpático. Si vais por ahí, merece la pena la parada.

De vuelta en el centro de Ubud, ya es la hora de comer así que tras ver algún templo, decidimos parar a comer frente al mercado. Comemos de lujo en un restaurante un tanto pijo (un pequeño lujo que en Asia suele ser bastante asequible) y tras haber cargado pilas, nos vamos al mercado a reencontrarnos con A. y J. Un café con hielos y dispuestos a regatear. Sinceramente, es el mayor hándicap de Asia; me exaspera el regateo.

Nos cuesta pero conseguimos las cosas que nos interesan. Acabado el mercado, nos vamos en busca de una barbería para J y un salón de belleza para mí; las uñas ya son inaguantables. En una hora, ya lucimos nuestro nuevo look.😂😂😂 Así que ya nos vamos a cenar a una calle que nos han comentado y ¡menudo ambiente! Todos los locales están llenos, incluso en algunos hacen cola. Acabamos en un warung cenando.

Al acabar, nos vamos de camino a casa, pero antes buscamos información para ir a nuestro siguiente destino así como para mañana, que queremos hacer una excursión. Finalmente, al llegar a casa les comentamos que nos gustaría quedarnos una noche más y el tema de la excursión. Super majos, nos organizan la excursión para mañana con su hermano. Sólo nos queda una ducha, una videollamada (kaixo, B!) Y relax para comenzar mañana el día.







Día 12 - Gili Air/Ubud

Último día de playa en esta zona. Recogemos todo antes de desayunar pero estamos decididos a aprovechar hasta el último minuto así que sobre las 9.30 ya estamos en la playa.
Directos al mar. No hay más que hacer; refrescarmos, mucha crema, horizontal, y repetir.😜😜😜

A media mañana, necesitamos un iced latte. Al menos ya hemos descubierto cual es el mejor (y encima es el más barato): el del Legend. Así que, nos hacemos con un 'gazibo' y a disfrutar. Pasado el mediodía, volvemos a casa, una ducha rápida, nos cambiamos y al puerto.

Una vez localizada nuestra compañía, buscamos un sitio para comer. Y ahí llega el primer truco del día: las cervezas de anoche están en nuestra mochila (las teníamos en la nevera) así que pedimos una y al acabarla...¡cambio de pareja!😂😂😂 Suerte que la botella tenía la bolsita para mantener el frío y nos facilita la jugada.😂😂😂

Ya con la tripa llena, aprovechamos los últimos minutos antes de coger el ferry para hacer alguna que otra compra (a precio de oro🙈🙈🙈). Nos toca esperar en el puerto más de lo esperado. De hecho, mucho más de lo esperado.


Finalmente, embarcamos y en seguida comprobamos lo del fast boat: desde luego si eres de marearte fácil, ni se te ocurra. Yo dejo de leer para centrarme en la música y evadirme del bamboleo porque si no, me veo acabando fatal. Suerte que consigo dormir un poco.

Llegamos a Padangbai, dónde para poder desembarcar tenerlos que esperar unos 40min que se nos hacen eternos. Tenemos ganas de llegar ya, pero todavía nos queda un camino de algo más de una hora para llegar a Ubud. Ahí nos vamos en nuestro shuttle hacia Ubud. Locura de conducción. Se nota mucho el tráfico en Bali; mucho más que en Lombok.

Pasadas las 8, llegamos a la estación central de Ubud. Por 50.000Rp, llegamos en taxi al alojamiento. Curiosa entrada a modo de templo. Dejamos todo y sin ducharnos, antes de que se nos haga tarde, nos vamos a buscar un sitio para cenar. Al final, cenamos en un restaurante junto al alojamiento en el que cenamos de lujo: pescado a la brasa (sabor whopper 😂😂😂). Nos tratan de lujo y la comida está buenísima. Muy recomendado.

Cada vez llueve más, y aunque decidimos esperar un poco para ver si amaina, finalmente nos toca mojarnos un poco. Menos mal que ¡nos espera una ducha con agua de verdad! Aunque sea fría, se agradece poder peinarse.😍😍😍

Recibimos la visita de A. y J. que nos cuentan sus últimas andanzas y tras un rato de relax, acabamos roque un día más.







sábado, 14 de julio de 2018

Día 11- Gili Air

Hoy nos vamos de buceo. O más bien de snorkel. Desayunamos y a las 9.30 (un poco más tarde entonces realidad), nos vamos al barco. Sólo cogemos las aletas ya que ya traíamos nuestros tubos y gafas.

Nosotros y otros 40 nos vamos en busca de un mundo diferente. La primera parada es un primer intento para ver tortugas. Primer salto del barco con aletas incluidas. Al principio es una sensación un poco de pato pero en seguida se le coge el truquillo. Hay corrientes bastante fuertes y cuesta nadar en contra. Poco antes de subir al barco vemos a la primera tortuga: está lejos, en el fondo, pero algo es algo.

Volvemos al barco y poco minutos después, segunda parada. Esta cerca de Gili T. Al poco de bajar vemos otra tortuga super cerca. Seguimos nadando y volvemos a ver a otra. Volvemos al barco emocionados y nada más subir, ¡aparece otra enorme! Sin aletas nos tiramos otra vez.😜😜😜 Era como la de Nemo: ¡150 años y contando!

Volvemos a subir, esta vez para quedarnos, y seguimos a nuestra tercera parada: el arrecife. Vemos la casa de Nemo. Se ve perfectamente dónde acaba y dónde comienza la inmensidad del mar. Vemos a todos los amigos de Nemo: mini Dory, Scar,... Menos Nemo, todos.

Las 12, así que paramos para comer en Gili Meno. No hay más que un par de chiringuitos. Aquí todo va en ritmo isleño. Nos tardan en servir pero al menos esta bueno. O es el hambre que traemos, que también puede ser.😂😂😂

Antes de volver al barco, nos damos un chapuzón rápido. Los del barco nos miran raro; ni que no fuéramos a bañarnos en breve.😂😂😂 Último snorkel: las estatuas bajo el mar. Aquí es donde nos llegamos a agobiar un poco con la de gente que hay. Pero bueno, conseguimos verlas, incluso tocarlas. La verdad es que hay mucha más corriente de la que esperábamos. En cuanto dejas de nadar, te alejas unos 3 metros. En una de estas, uno grita que hay un niño sólo. Reconocemos a Mattin, un niño francés de nuestro barco y ahí nos veis intentando aflorar mi francés para explicarle quien es la loca de las gafas y para que esté tranquilo. Lo medio conseguimos y localizamos a su familia. Ponemos rumbo al barco para ya ver a Gili Air.

Sobre las 3, con la marea muy baja ya, llegamos de vuelta a la isla. Encallamos, así que, mochilas al.hombro, escarpines a los pies y a caminar hasta la orilla. No hay mejor inversión que los escarpines si vais a venir. De verdad.

Con el sol todavía castigando la piel, buscamos una hamaca donde poder pasar la tarde. Zumo de piña y mango, iced latte y a seguir leyendo y descansando. Se nota que hemos estado rato nadando; estamos bastante cansados. Otro atardecer sorprendente más en Gili Air.

Volvemos a casa con unas cervezas y unas patatas bajo el brazo. Una ducha (y no digo una buena ducha porque el agua aquí es horrorosa y no hay quien disfrute de esa ducha) y salimos de nuevo. Nos alejamos algo más ya que buscamos un cajero y así es como nos situamos en la zona más oeste de la isla.

Cenamos, evidentemente en ritmo isleño, de lujo. Al menos la espera nos sirve para hacer una videollamada (kaixo, M!). Con la tripa llena, nos vamos de vuelta. En el camino, conseguimos los billetes de ferry que queremos por un precio bastante mejor (fast boat + shuttle a Ubud, a las 14.30, 550.000Rp). Así que volvemos contentos. Eso sí, las cervezas se quedan en el frigorífico porque el cansancio puede conmigo.😊😊😊



Día 10 - Gili Air

El día de hoy lo tomamos de descanso. Tras el desayuno, cogemos las mochilas para ir en busca de playas de arena. Por lo visto son las del este, donde también es buena zona para hacer snorkel así que nos llevamos las gafas y el tubo.

Según llegamos, ponemos nuestras toallas y al agua. Por fin aguas cristalinas sin corriente. Un poco de snorkel, algo de lectura hasta que llega el calor. Nos mudamos y con un café con hielos y nuestros pufs, ya tenemos el nuevo campamento base hecho. Así que la mañana se resume en: mucha crema de sol, mucho horizontal, snorkel para conocer a Dory y sus amigos (hasta una estrella de mar azul) y mucha lectura.

A la hora de comer, nos vamos al chiringuito. Un rato a la sombra nos hace bien. El sol pega mucho. De hecho, gastamos 2/3 de un bote de crema. La marea está bajando por lo que el baño de después de comer no es viable. Aguantamos un poco hasta que nos buscamos un lugar para ver el atardecer.

Prácticamente todos los chiringuitos tienen mesas, hamacas y mesas enormes para sentarte en ellas así que no hay más que escoger el lugar que más te gusta, pedir una bebida y esperar. Nos damos cuenta que se ve Bali al fondo y aunque el atardecer no deja los colores de ayer, sigue siendo espectacular.

Vuelta al alojamiento para ducharnos y darnos crema. Un gustazo de ducha. Y más cuando ya tenemos toda la ropa limpia: menuda eficacia (en menos de 12h la han lavado y secado).

Acicalados, salimos a cenar. Se nota mucha menos gente. De hecho, a penas nos cruzamos con nadie y hoy andamos mucho antes. Decidimos ir al 'Pura vida', un bar regentado por una catalana en el que nos dedicamos a comer croquetas de calamares, tortilla de patatas, humus y una pizza. Sabe a gloria el aceite de oliva. Por mucho que nos guste la comida asiática, de vez en cuando gusta mucho volver a paladear otros sabores.

De vuelta confirmamos que no hay nadie. Ni en el Legend. Increíble la diferencia. Así que tranquilamente volvemos a casa. Siempre miramos las estrellas porque la oscuridad que hay aquí es increíble y el cielo parece un póster dibujado. No parece real de las estrellas que hay y de lo bien que se ven. Volvemos pronto a casa y tenemos tiempo para el relax. Hasta que de repente de va la luz.😂😂😂 Poco relax ya porque no leer ni poder comunicarnos ni nada jajajaa. Menos mal que en breve vuelve la luz. Esta noche la incursión de los geckos ha sido menor: sólo nos esperaba uno para saludar.



jueves, 12 de julio de 2018

Día 9 - Senaru - Gili Air

Comienza el día en la misma postura que acabo: es lo que tiene tener miedo a los bichos.😂😂😂 Preparamos las mochilas y vamos a desayunar mirando al Rinjani. Un pequeño gran lujo.

Tras haber observado la víspera, decidimos que iríamos solos a las cascadas (en los blogs dicen que no hay perdida y así nos lo parece). Ciertamente, así es. No hay perdida así que ahorrároslo los guías. Por 10.000 Rp/pax, tenéis la visita a las cascadas: solo tenéis que seguir el único camino que hay.

Así que, empezando a seguir el camino adoquinado nos encontramos con unos cuantos macacos. A mí eso de que puedan saltar, me tensa.😂😂😂 Seguimos adelante y en unos 20min llegamos a Tiu Kelep. Como dicen, sólo con acercarte, te mojas. Ahí hemos ido.

Tras una pequeña incursión en la cascada, marchamos hacia la segunda: no hay las que tomar el único camino que hay poco antes de llegar a Tie Kelep, no tiene perdida. El segundo tramo es algo más largo pero no tiene perdida. Además, cuando llegas a los tramos en los que hay que pasar un río, los niños que están ahí jugando te ayudan. Ciertamente tienden a ser hospitalarios y serviciales en general. Si tenéis escarpines, es el mejor calzado. El camino no es muy empedrado y se agradecen a la hora de cruzar los ríos. 

Sobre las 10.40 llegamos a la segunda cascada, Sengale Gile. No estamos más que una pareja, el americano que va delante y nosotros. Una gozada. El sonido, el paisaje,... Naturaleza pura. Las fotos de rigor y el baño en la cascada. Una gozada. Y tenemos suerte de estar prácticamente solos. En cuanto empezanos a marcharnos empiezan a llegar las hordas de turistas. Así que apuntado: dormida en senaru, comenzad la visita a las 9 para poder disfrutar de las cascadas prácticamente solos (y sin guía).

Emprendemos el camino de vuelta al Homestay donde poco más tarde de las doce, ya cambiados, nos montamos en el coche que nos lleva al puerto para coger el barco a Gili Air. Tardamos sobre 1h30min, eso sí, lo de conducir no es su fuerte.

Nada más llegar al puerto, cogemos los billetes del barco público (15.000Rp) y en menos de 5min ya estamos en marcha. Hemos tenido suerte ya que no hemos tenido que esperar. En cuanto llegamos a la playa de Gili Air, cogemos nuestras mucho más y buscamos nuestro alojamiento: justo al otro lado de la isla. Menos mal que es una isla que se recorre en poco más de 1h así que en seguida lo localizamos (dwi inn). Según llegamos, dejamos las mochilas y nos ofrecen una cocacola que nos sabe a gloria.

Cogemos todo lo de la playa y nos vamos a buscar algún sitio para comer. Se nota que es una isla turística ya que no hay más que chiringuitos y puestos. Pero lo cierto es que hay mucha calma.

Encontramos un lugar para comer, cargamos un poco las pilas y puesto que la marea está muy baja y entonces las playas prácticamente desaparecen, nos tomamos un café en una tumbona. Relax total. Leer con un café con hielos esperando la puesta de sol. Sencillo. Un placer de apenas 2€. Ahí estamos cuando, como no, otros euskaldunes se sientan al lado. Somos una plaga.😂😂😂 De hecho esta mañana nos hemos cruzado a otros en las cascadas que ya habíamos conocido. Es increíble cómo sin llegar a ser 3 millones nos juntamos todos en los mismos sitios.

Un tardecer espectacular con una temperatura perfecta. En Indonesia no hace nada de calor. Es una temperatura muy constante con una brisa que da gusto.

Una vez anochecer, volvemos al alojamiento para intentar hacer la colada y ducharnos. La colada es un intento fallido ya que no están los del alojamiento así que, misión ducha. Y digo misión porque en medio de la misma me doy cuenta de que no estoy sola sino que comparto con un gecko.🙈🙈🙈 Es lo que tiene tener una ducha exterior: que compartes. Bueno dicen que compartir es vivir ¿no? Pues a vivir :).

Descansados y acicalarnos salimos a cenar. Nos sorprende el poco movimiento, tanto que tenemos que cual no nos den de cenar. De hecho, en el primero local que nos sentamos nos dicen que la cocina está cerrada. En el segundo, nos preguntan si es nuestra segunda cena.😂😂😂 Pero al menos conseguimos cenar a la luz de las velas, bajo unas sombrillas de colores con el arrullo de las olas de fondo. ¿Qué más se puede pedir? Sí, una cerveza bien fría. Fácilmente y rápidamente solucionado.

Para acabar la noche, nos acercamos al Legend. Comprendemos que el nombre viene porque es el único que abre de noche. Y como en estos casos siempre pasa, es donde se junta lo mejor de cada casa.😂😂😂  Ahí nos veis con nuestro gintonic de garrafón en uno de los sofás observando y escuchando las conversaciones como dos viejas detrás del visillo, con la ventaja de poder comentar todo sin que nos entiendan.😂😂😂 

Unas risas y nos marchamos a descansar. Aire acondicionado y un poco de lectura para acabar el día.