Y por fin, parece que llega el día de poder salir de la isla. Bien temprano, cerramos la maleta. Han quedado en pasar a recogernos entre las 10.00 y las 10.45.
Desayunamos con calma y estamos charlando un buen rato con la familia que también se ha alojado en este homestay estos días. Finalmente, descubrimos que son de Turquía y tras Indonesia, van a visitar Tailandia por 4 vez.
Se acerca la hora así que nos vamos a la habitación para cepillarnos los dientes y finiquitar todo. En seguida, sobre las 10.05, llegan para recogernos en un carromato de los que hemos visto estos días. Tras recoger a otra familia, llegamos al puerto. Ahí conocemos a L., una chica que lleva viajando por Asia desde finales de enero. Intercambiamos impresiones mientras esperamos a unos pasajeros que se retrasan.
Por fin llega la hora de embarcar y poner a rumbo a Bali. Es cierto que el mar está revuleto. Aunque no se aprecian olas individuales, wl horizonte se mueve como si fuese una manta, arriba y abajo. El trayecto dura poco más de 30min. Al llegar queda esperar a que bajen las mochilas.
Nos alejamos un poco del puerto para buscar un taxi. Regateamos poco; somos 4 y nos va a salir igualmente bien de precio. Llegamos al aeropuerto a los 40min aproximadamente. Ahí nos despedimos de S. y de C. que salen de la terminal de vuelos domésticos.
Comienza nuestra nueva aventura. No hemos querido volver a arriesgarnos comprando los billetes de antemano. Así que, primer objetivo, conseguir wifi. Qué horror. Hasta ahora siempre nos iba genial y justo cuando más lo necesitamos, Ley de Murphy. Nos cuentas más de hora y media comprar unos billetes de avión a Singapur. Problemas con el wifi, las webs,... Es la primera vez que voy a un aeropuerto sin billete.😂😂😂
Nos queda hacer tiempo y nada mejor que aprovechar para comer y cargar los móviles. Un malentendido en la cuenta hace que el jefe nos tenga que explicar el desglose de dónde viene. Solucionado. Nos vamos a facturación y con las tarjetas de embarque en la mano, nos vamos a pasar el control. La falta de costumbre sumado a que no haya usado, hace que no me de cuenta de que llevaba una navaja suiza en la mochila.🙈🙈🙈 Una que a veces es un tanto lerda. Así que de suiza a casa y se queda en Bali.😔😔😔
Gastamos el dinero que nos queda: las oreo y agua siempre es una buena idea. Pasamos un poco el rato hasta nuestro embarque rumbos Singapur aunque la pantalla señale Ámsterdam, que es el destino final de dicho avión.
Un vuelo que nos sirve para cenar y surtirnos de auriculares mientras vemos series (¡tienen Friends!). Se hace corto y aunque J. echa una cabezadita yo al final, nada.
Llegamos sobre la hora prevista. Lo peor: lo largo que se hace siempre pasar inmigración. Rápidamente sacamos algo de dinero y nos vamos a por un taxi, ya que a estas horas ya no hay metro. En cosa de media hora nos deja en la calle de al lado del hotel, ya que está cerrada viernes y sábados al ser una zona de bares.
Localizamos el hotel y siguiendo las instrucciones que nos han dejado para hacer el check-in a deshora, conseguimos entrar. ¡Ahí nos esperan nuestras cápsulas!😂😂😂 Son las 00.30 así que dejamos la mochila grande, cogemos la cámara y nos vamos a dar una vuelta.
Por el río nos acercamos hasta poder ver Marina Bay Sands. ¡Menuda mole! Nuestra intención era llegar al Gardens by the Bay pero nos encontramos con un tramo vallado. Es bastante tarde y tampoco estamos con ánimo para seguir tirando. Decidimos sentarnos en unos puestos que hay desde los que se escucha música en directo. Fichamos algo para comer en un puesto de comida india. ¡Un acierto! Tanto el Roti John como el pollo Murtabak están buenísimos. Con la tripa llena, y pasadas las 2 a.m., volvemos al hotel para al menos descansar unas horas. Mañana toca patear a tope para aprovechar las pocas horas que tenemos en la ciudad.
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