domingo, 22 de julio de 2018

Día 18 - Nusa Lembongan

¡Que están saliendo barcos a Bali! Y al grito saltamos de la cama, nos vestimos, nos ponemos el casco y junto a S. y C., dos chicas extremeñas, ponemos rumbo al puerto del puente. Muchos turistas con sus maletas. Se nota el caos. Preguntamos. No venden billetes, sólo viajan los que ya tienen de antes. Nos dicen que en Mushroom Beach. 

Moto. En marcha. De camino, paramos en el Dimi, anterior alojamiento de S. y C., porque el chico fue super simpático. Así es. Nos acompaña a Mushroom Beach. Llegamos en tiempo récord. Nada, que compremos mañana. Ni hablar. Volvemos al puerto. Ya no hay tanta gente. Nos dicen que en Juntbatu están vendiendo billetes.

Decidimos desayunar. Llevamos un par de horas dando vueltas. De repente, el chico del Dimi le llama a S., que un amigo le dice que sí hay billetes, que vayamos. Ni desayunamos.

Todos a las motos y nos vamos a Juntbatu. Al llegar, nos dicen en un principio que hay una plaza para la tarde pero, nuestro gozo en un pozo; otra chica dice que cero. Me quedo con la sensación de que sí hubiéramos podido ir pero finalmente, tenemos billete para mañana. Definitivamente, perdemos nuestro vuelo a Singapur.

De vuelta en las motos, volvemos a casa a desayunar. 3h dando vueltas por la isla, con la sensación de que los de nuestro alojamiento no nos han ayudado en exceso sabiendo que perdíamos un vuelo. Necesitamos relax. Así que, nos quedamos en la piscina.

Baño. Lectura. Música. Cerveza. Así hasta conseguir que el cabreo se pase un poco. Al mediodía, nos juntamos con otros canarios, C. y J., muy simpáticos con los que, a remojo en la piscina, pasamos un par de horas de charla.

Sobre las 4, sin comer si quiera, nos duchamos. Nos aconsejan ver el atardecer en Nusa Ceningan, una isla conectada con Nusa Lembongan por un famoso puente amarillo. Primero, en busca de un cajero. Averiado. Menos mal que otros turistas al vernos nos.ondican otro que hay cerca. Al pasar, nosotros también indicamos a otros turistas. Gasolina a precio de oro y rumbo a Ceningan.

El puente, para mis habilidades moteras, es demasiado estrecho. No sudo más porque no se puede. Buscamos un local desde el que ver la puesta de sol. La verdad es que la última puesta de sol indonesa se porta bien.

Volvemos a casa. ¡Maldito puente de nuevo! A los lugareños les falta gritarme.😖😂 Ya en casa, algo de relax. Preparo la mochila haciendo bien el Tetris.

Nos vamos a tomar algo, tranquilamente. Escogemos unos cocktails que no merecen dicho nombre. Y encima, nos cierran la cocina y nos quedamos sin pizza. 🙈🙈🙈 Así que de vuelta a casa, compramos unas patatas y unas galletas y tan ricamente. Relax y a dormir.




No hay comentarios:

Publicar un comentario