Último día de playa en esta zona. Recogemos todo antes de desayunar pero estamos decididos a aprovechar hasta el último minuto así que sobre las 9.30 ya estamos en la playa.
Directos al mar. No hay más que hacer; refrescarmos, mucha crema, horizontal, y repetir.😜😜😜
A media mañana, necesitamos un iced latte. Al menos ya hemos descubierto cual es el mejor (y encima es el más barato): el del Legend. Así que, nos hacemos con un 'gazibo' y a disfrutar. Pasado el mediodía, volvemos a casa, una ducha rápida, nos cambiamos y al puerto.
Una vez localizada nuestra compañía, buscamos un sitio para comer. Y ahí llega el primer truco del día: las cervezas de anoche están en nuestra mochila (las teníamos en la nevera) así que pedimos una y al acabarla...¡cambio de pareja!😂😂😂 Suerte que la botella tenía la bolsita para mantener el frío y nos facilita la jugada.😂😂😂
Ya con la tripa llena, aprovechamos los últimos minutos antes de coger el ferry para hacer alguna que otra compra (a precio de oro🙈🙈🙈). Nos toca esperar en el puerto más de lo esperado. De hecho, mucho más de lo esperado.
Finalmente, embarcamos y en seguida comprobamos lo del fast boat: desde luego si eres de marearte fácil, ni se te ocurra. Yo dejo de leer para centrarme en la música y evadirme del bamboleo porque si no, me veo acabando fatal. Suerte que consigo dormir un poco.
Llegamos a Padangbai, dónde para poder desembarcar tenerlos que esperar unos 40min que se nos hacen eternos. Tenemos ganas de llegar ya, pero todavía nos queda un camino de algo más de una hora para llegar a Ubud. Ahí nos vamos en nuestro shuttle hacia Ubud. Locura de conducción. Se nota mucho el tráfico en Bali; mucho más que en Lombok.
Pasadas las 8, llegamos a la estación central de Ubud. Por 50.000Rp, llegamos en taxi al alojamiento. Curiosa entrada a modo de templo. Dejamos todo y sin ducharnos, antes de que se nos haga tarde, nos vamos a buscar un sitio para cenar. Al final, cenamos en un restaurante junto al alojamiento en el que cenamos de lujo: pescado a la brasa (sabor whopper 😂😂😂). Nos tratan de lujo y la comida está buenísima. Muy recomendado.
Cada vez llueve más, y aunque decidimos esperar un poco para ver si amaina, finalmente nos toca mojarnos un poco. Menos mal que ¡nos espera una ducha con agua de verdad! Aunque sea fría, se agradece poder peinarse.😍😍😍
Recibimos la visita de A. y J. que nos cuentan sus últimas andanzas y tras un rato de relax, acabamos roque un día más.
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