jueves, 12 de julio de 2018

Día 9 - Senaru - Gili Air

Comienza el día en la misma postura que acabo: es lo que tiene tener miedo a los bichos.😂😂😂 Preparamos las mochilas y vamos a desayunar mirando al Rinjani. Un pequeño gran lujo.

Tras haber observado la víspera, decidimos que iríamos solos a las cascadas (en los blogs dicen que no hay perdida y así nos lo parece). Ciertamente, así es. No hay perdida así que ahorrároslo los guías. Por 10.000 Rp/pax, tenéis la visita a las cascadas: solo tenéis que seguir el único camino que hay.

Así que, empezando a seguir el camino adoquinado nos encontramos con unos cuantos macacos. A mí eso de que puedan saltar, me tensa.😂😂😂 Seguimos adelante y en unos 20min llegamos a Tiu Kelep. Como dicen, sólo con acercarte, te mojas. Ahí hemos ido.

Tras una pequeña incursión en la cascada, marchamos hacia la segunda: no hay las que tomar el único camino que hay poco antes de llegar a Tie Kelep, no tiene perdida. El segundo tramo es algo más largo pero no tiene perdida. Además, cuando llegas a los tramos en los que hay que pasar un río, los niños que están ahí jugando te ayudan. Ciertamente tienden a ser hospitalarios y serviciales en general. Si tenéis escarpines, es el mejor calzado. El camino no es muy empedrado y se agradecen a la hora de cruzar los ríos. 

Sobre las 10.40 llegamos a la segunda cascada, Sengale Gile. No estamos más que una pareja, el americano que va delante y nosotros. Una gozada. El sonido, el paisaje,... Naturaleza pura. Las fotos de rigor y el baño en la cascada. Una gozada. Y tenemos suerte de estar prácticamente solos. En cuanto empezanos a marcharnos empiezan a llegar las hordas de turistas. Así que apuntado: dormida en senaru, comenzad la visita a las 9 para poder disfrutar de las cascadas prácticamente solos (y sin guía).

Emprendemos el camino de vuelta al Homestay donde poco más tarde de las doce, ya cambiados, nos montamos en el coche que nos lleva al puerto para coger el barco a Gili Air. Tardamos sobre 1h30min, eso sí, lo de conducir no es su fuerte.

Nada más llegar al puerto, cogemos los billetes del barco público (15.000Rp) y en menos de 5min ya estamos en marcha. Hemos tenido suerte ya que no hemos tenido que esperar. En cuanto llegamos a la playa de Gili Air, cogemos nuestras mucho más y buscamos nuestro alojamiento: justo al otro lado de la isla. Menos mal que es una isla que se recorre en poco más de 1h así que en seguida lo localizamos (dwi inn). Según llegamos, dejamos las mochilas y nos ofrecen una cocacola que nos sabe a gloria.

Cogemos todo lo de la playa y nos vamos a buscar algún sitio para comer. Se nota que es una isla turística ya que no hay más que chiringuitos y puestos. Pero lo cierto es que hay mucha calma.

Encontramos un lugar para comer, cargamos un poco las pilas y puesto que la marea está muy baja y entonces las playas prácticamente desaparecen, nos tomamos un café en una tumbona. Relax total. Leer con un café con hielos esperando la puesta de sol. Sencillo. Un placer de apenas 2€. Ahí estamos cuando, como no, otros euskaldunes se sientan al lado. Somos una plaga.😂😂😂 De hecho esta mañana nos hemos cruzado a otros en las cascadas que ya habíamos conocido. Es increíble cómo sin llegar a ser 3 millones nos juntamos todos en los mismos sitios.

Un tardecer espectacular con una temperatura perfecta. En Indonesia no hace nada de calor. Es una temperatura muy constante con una brisa que da gusto.

Una vez anochecer, volvemos al alojamiento para intentar hacer la colada y ducharnos. La colada es un intento fallido ya que no están los del alojamiento así que, misión ducha. Y digo misión porque en medio de la misma me doy cuenta de que no estoy sola sino que comparto con un gecko.🙈🙈🙈 Es lo que tiene tener una ducha exterior: que compartes. Bueno dicen que compartir es vivir ¿no? Pues a vivir :).

Descansados y acicalarnos salimos a cenar. Nos sorprende el poco movimiento, tanto que tenemos que cual no nos den de cenar. De hecho, en el primero local que nos sentamos nos dicen que la cocina está cerrada. En el segundo, nos preguntan si es nuestra segunda cena.😂😂😂 Pero al menos conseguimos cenar a la luz de las velas, bajo unas sombrillas de colores con el arrullo de las olas de fondo. ¿Qué más se puede pedir? Sí, una cerveza bien fría. Fácilmente y rápidamente solucionado.

Para acabar la noche, nos acercamos al Legend. Comprendemos que el nombre viene porque es el único que abre de noche. Y como en estos casos siempre pasa, es donde se junta lo mejor de cada casa.😂😂😂  Ahí nos veis con nuestro gintonic de garrafón en uno de los sofás observando y escuchando las conversaciones como dos viejas detrás del visillo, con la ventaja de poder comentar todo sin que nos entiendan.😂😂😂 

Unas risas y nos marchamos a descansar. Aire acondicionado y un poco de lectura para acabar el día.







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