Nos cuesta cada vez más arrancar por las mañanas ya que el cansancio se empieza a notar. Sobre las 8.30 pasamos por el supermercado que está junto al hostal la a coger el desayuno. La siguiente misión es pelear con el del tuk-tuk: menos mal que a G. no se le da nada más. Finalmente conseguimos que por 400thb nos acerquen a los 3 templos que hay a las afueras, lo cual nos llevará aproximadamente 2h.
El primero es Wat Maheyong (cogemos el ticket para los 6 templos por 220thb), que está bastante desolado. De ahí, hacia Wat Tai Chaimongkhon. Y finalmente Wat Chaiwatthanaram, donde al llegar nos encontramos con varios grupos escolares que a modo de actividad de prácticas nos hacen varias preguntas en inglés. De ahí pasamos a que nos pidan fotos y a pesar de respeto con el que lo hacen, son cientos de niños los que hay y casi que nos sentimos con las celebrities huyendo sin mantener contacto visual para poder salir del templo a tiempo.
Para finalizar, el tuk-tuk nos deja en wat Sri Sanphet. Desde ahí, vamos visitando el resto de los templos caminando por la ciudad. Sobre las 12.30-13.00, paramos en un bar que se encuentra frente al parque, en la calle del night market a tomar algo. Se va alargando la parada y decidimos ya comer. Lo cierto es que las dueñas son muy simpáticas
Ya con el estómago lleno, nos vamos a ver los últimos dos templos: Wat Mahathat, o lo que es lo mismo, el templo en el que habita la Abuela Sauce de Pocahontas, y Wat Ratchaburana. Ya son cerca de las 6 y decidimos acercarnos al night market. Son embargo, este último nos decepciona: es más un mercadillo que lo que hemos visto hasta ahora de night market. Tras dar una vuelta, cerca del hostal compramos el desayuno para mañana y unos polos para ahora, y nos nos vamos a por las mochilas.
En el hostal, nos duchamos y nos cambiamos para el tren. Una suerte, la verdad, poder hacerlo para afrontar las 13h de tren que nos esperan. Mientras nos acicalamos, cargamos los móviles y chafardeamos internet y sobre las 8, con las mochilas a la espalda, vuelta a la pelea del tuk-tuk para llegar a la estación.
Al llegar, buscamos algún bar para cenar y estar tranquilas hasta la hora del tren ya en la estación, vemos que el puesto de bebidas está cerrado por lo que rápidamente nos acercamos a buscar agua (hay un supermercado junto a la estación). Eso sí, nos ameniza la espera en el andén una rata enorme que cruza de lado a lado y que hace que recojamos los pies sobre los bancos.
En tren llega puntual. No tuvimos la suerte de comprar billetes cama y vamos en segunda (asiento) con ventilador (406thb). Pero lo cierto es que la realidad es que están mejor de lo que pensábamos. De aquí en adelante, 13h para llegar a Chiang Mai, 13h para dormir, leer, hacer lo que se pueda.
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