Lo que iban a ser 12h se convierten en 16h. Llegamos sobre las 10 a la estación central de Bangkok. Tardamos casi 1h más hagas llegar al hotel pero la espera merece la pena: habitación amplia, piscina, hasta nos suben las mochilas a la habitación. Lujos asiáticos.
Nos duchamos y acicalamos y nos acercamos a la zona de Lumpini Park. Pero 'first things first'. Vamos a comer un Pad Thai, para variar, pero en modo nouvel cuisine. Al acabar, damos unas vueltas por Lumpini Park pero lo cierto es que poca cosa hay que ver salvo un lagarto más largo que yo. Así que decidimos hacer algo inteligente: nos volvemos al hotel y directas a la piscina. La vida de mochilera es dura.
Así que pasamos el resto de la tarde/noche entre chapuzón y chapuzón hasta que nos parece buena idea ir al 7 eleven que están en frente. Y ahí llega nuestra sorpresa cuando una persona del hotel nos escolta para cruzar la calle hasta el supermercado. Anonadadas nos hallamos. Y más cuando vemos que nos espera hasta hacer la compra para volver a cruzar la calle sanas y salvas. Cierto es que cruzar 5 carriles a lo loco de noche, tiene lo suyo. Sólo nos queda dar buena cuenta de las patatas y cervezas en nuestra terraza hasta que se nos hace la hora de dormir.
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