lunes, 18 de agosto de 2025

Día 18 - Seoul - Madrid

Y ahora sí, vuelta a casa. A las 5:30 suena el despertador. Pocas hors de sueño pero es lo UE hay. Tras algún incidente con el sensor que no comprendemos, vamos hacia el shuttle. Una carrerita y el primero va a tope. El siguiente, que era el que íbamos a coger, va libre así que nos vamos para la T2.

En el aeropuerto lo primero es facturar el equipaje: el nivel de liquidos qué llevamos no permite ir sin facturar culpa de Olive Young🤣🤣🤣🤣). Siguiente paso: ir a la zona F para la devolución de los impuestos (en algunos sitios es automático y en otros en el aeropuerto). No nos coge todos los tickets y encima, el efectivo se recoge ya en la zona de embarques así que, no sé si no es mejor hacerlo directamente allí.


Tercera parada antes de pasar el control: pasar por el 7 eleven para recuperar el dinero que ha sobrado en las Tmoney, las tarjetas de trasporte: se puede comprar con ese dinero o se puede pedir que te devuelvan el dinero pero se paga un gasto de 500wones. Con el dinero recuperado, hacemos un bote común para luego.

Toca pasar el control: de lo más cómodo porque sólo hay que sacar iPad y/u ordenador. Así da gusto que no son horas para nada y cuanto más fácil sea todo, mejor.


Tras recuperar el dinero del tax free, nos vamos a por un cafecito que falta hace porque el cansancio ya es de otro nivel. En el aeropuerto nos cruzamos con un robot que pulula por ahí cuya única función es transportar maletas. De verdad, una monada útil.


En seguida embarcamos y la suerte está de nuestro lado: 14 horas de vuelo que haremos de dos en dos en 3 asientos. No sé si me hace más ilusión eso o el neceser monísimo que ponen en Korean airlines para los amenities.


El vuelo, a pesar de ser de día, va en configuración nocturna así que tras la primera comida, bajan las luces y llega la primera siesta. Así pasa todo el vuelo entre comida y siesta y vuelta a empezar. Las ultimas dos horas se hacen un pelín pesadas pero la verdad es que entre que vamos muy cómodos por no tener a nadie en medio y poder estirarnos o coger distintas posturas y el pienso en el que vamos, el vuelo es mucho más llevadero de lo esperado. Eso y que el cansancio acumulado que llevamos ayuda a que parte del viaje sea dormidos.



Ya en Madrid, nos vamos a casa en Cabify (ellos, lujosos), unas cervezas frías y unas tortillas de patatas en la terraza y antes de las 22:00 estamos en la cama (en Seoul serían las 05:00): mañana toca madrugar.

04:47 suena el despertador. Al menos hemos podido descansar unas cuantas horas y parecemos personas. Subimos a barajas en Cabify de nuevo. La cola de facturación es enorme pero con un poco de suerte, nos derivan a nuevos mostradores y en unos 15 minutos lo tenemos hecho (no puede decir lo mismo el chico del mostrador 875: hay gente que siempre es una notas😒😒😒)

Solo queda pasar el control (comentamos la diferencia de actitud de estos controles comparados con los coreanos mucho más enfocados en ser serviciales), un café ( y aprovechar para probar el croissant aplastado de the Hungry club) y hora de embarcar. Vuelve la suerte en el vuelo: fila libre y cambio de asiento. Desde la ventana se observa el humo de los incendios forestales que cubre todo el cielo. Llama muchísimo la atención. Donosti nos recibe con 20 grados, cielo nublado y alguna gota: ongi etorri etxera.😊😍

domingo, 17 de agosto de 2025

Día 17 - Busan - Seoul

Ultimo día completo en Corea. Comienza la vuelta a casa. Decidimos tomarnos el día con calma y aprovechar que el check-out es a las 11:00 para descansar y arrancar más despacio. Cafecito y desayuno, mochilas cerradas.



Damos una vuelta por el barrio y quien dice una vuelta por el barrio dice que vamos al Olive Young. La locura se desata. Va os a tener menos risas más tarde rehaciendo la mochila.🙈🤣🙈🤣

Volvemos al hotel para coger la mochila y marcharnos hacia la estación de tren de Busan. 3-4 paradas de metro y llegamos en seguida. Aprovechamos esos minutos de espera en la estación para coger algo de picar para el tren: algo de picar nada más porque estamos reservando sitio para la cena. Cabe decir que alguno todavía hace otra incursión al Olive Young.🤣🤣🤣 Yonkis total.


Tenemos 2 horas 40minutos hasta llegar a Seoul así que da tiempo para comer algo, poner en orden algunas cosas, escribir el blog e incluso descansar un rato. Lo cierto es que se nos han hecho todos los trayectos en tren super cortos.


En Seoul tenemos la tarde por delante pero para poder aprovecharlo bien primero necesitamos una taquilla. Recorremos varias de la estación pero todas llenas o solo quedan pequeñas. Pero hay suerte, y hay otras en las inmediaciones (salida 12 del metro, sin salir, todo recto por el edificio KDB) y conseguimos una pedazo taquilla de 1m³ aproximadamente para meter todo por 25.000wones (unos 15€).


Ya más liberados, nos vamos a Myengdong. Dicen que donde fueras feliz no has de volver pero yo, discrepo. Nos tomamos un café en la cafetería japonesa que teníamos junto al hotel, Downt Espresso.

Llevabamos días sin un café rico-rico y sabe a gloria.con el chute de cafeína en las venas, la primera paradita es un fotomatón: un clásico corrano. Tras unas risas, otra paradita en Olive Young.🤣🤣🤣 Totalmente yonkis y perdiendo el norte.


Tras hacernos con algún que otro souvenir,  en medio de una manifestación, nos vamos a por la última cena. No tuvimos dudas al irnos de Seoul que la última cena sería en el Myeong Dong Kyo Ja. Volvemos por los dumplings (tremendamente finos, equilibrados en la proporción masa- relleno, muy caseros y muy jugosos) pero damos buena cuenta también de la sopa caliente (13.000 krw y 11.000krw, unos 15€). Rechupetear todo es decir poco. No dejéis de ir si alguna vez vais a Seoul.


Con la tripa llenita y el corazón contento, último fotomatón y último vistazo a Myengdong. Comenzamos la peregrinación hasta el alojamiento que tenemos cerca del aeropuerto ya que mañana el vuelo sale por la mañana y nos toca estar temprano en el aeropuerto.


En metro vamos a por las mochilas y después, subimos en Arex al aeropuerto, el tren que va al aeropuerto. Pero a la salida no nos deja salir: hemos puesto que íbamos a la terminal 1 y finalmente hemos salido en la 2, así que toca pagar la diferencia (con aviso por máquina para asistencia porque se nos queda una de las tarjetas dentro). El cansancio ya es acusado y queda el último tramo: el shuttle al alojamiento.


Ducha y reestructuración de la mochila porque, oh vaya, igual hemos sido muy entusiastas en las últimas compras. Toca cerrar los ojos escasas 4 horas.

Con la tripa

Pasos: 15.805 pasos

sábado, 16 de agosto de 2025

Día 16 - Busan

Según suena la alarma bajo a por el cafecito. Conseguir bajar en ascensor parece una prueba de Astérix y Obélix para conseguir un certificado: va parando por varios pisos (al menos hay un grupo que hace el check -out). Pero eso no es lo peor: es que la cafetería está cerrada.😭😭😭 Hay que conformarse con el super. Para subir, misma odisea.

La primera parada del día son las escaleras Somang. Para llegar, nos toca hacer alguna carrerita que otra pero llegamos sin mayor problema a la propia escalera (se agradece porque con la calorina que aprieta...). Al llegar solo nos encontramos con una instagramer por lo que podemos subir y sacarnos las fotos pertinentes bastante fácilmente. Nos cruzamos incluso con algún vecino.


Paraguas en mano, nos vamos en autobús hacia la zona de Gamcheon. nosotros y 917632 turistas más, claro. Menos mal que el segundo autobús te sube hasta la propia oficina de turismo porque hasta al autobús le cuesta subir semejantes cuestas empinadas.🙈🙈🙈

La chicharrina de nota y tras pasar por la oficina de turismo y situarnos un poco, nos refugiamos en una cafetería a subir la tensión, bajar la temperatura y subir la energía. Nosotros nos hacemos con dos mesas porque andamos rápidos pero hay otra chica que se abalanza sobre la mesa contigua sin que todavía se hayan ido los que estaban. Parece la jungla.



Damos la vuelta por Gamcheon, parando a por los sellos, haciendo algunas compras y tirando 8161633 fotos. Para cuando acabamos la vuelta, el calor aprieta y antes de subir al bus, paradita de hidratación.


Nos vamos en autobús a la zona de BIFF y buscamos donde comer. Hacemos la parada técnica en el primer lugar que nos convence para comer y tiene aire acondicionado: una cada de pollo frito que nos parece un planazo.


El plan de la tarde es dar una vuelta por el barrio así que comenzamos, no sin antes hacer una paradita en un fotomatón: se nos acaban los días y al final ¡nos vamos sin hacernos las fotos! Eso sí, la mugre que tienen los accesorios no es mi medio normal.🙈🙈🙈

Ya con las fotos en nuestro haber, nos vamos al mercado de Jalgalchi, un mercado de pescado fresco en el que destacan además del pulpo escapista que quería irse de la pecera, los pescados acinados en los puestos. Es muy curioso ver cómo en cada país los productos se comercializan de distinta manera. Y para ser un mercado de pescado, el olor, ni tan mal.



Pero el cansancio acecha así que decidimos tomar un café en ten percent, cadena que hemos visto bastante en Busan (mejor imagen que calidad). Con un poco de cafeína en las venas, nos dedicamos a hacer recaditos por la zona. Al parecer debemos ir con el cerebro al ralentí cuando una cajera nos suelta airosamente un 'hurry yo, please' que no hace más que nos descojonemos vivos.


Poco sabíamos que llegábamos a nuestra perdición. Entramos en Olive Young, tienda en la que venden cosmética coreana. En la de BIFF, además, regalan pequeños neceseres. Está claro que en esta tienda sabes cuándo entras pero no cuando sales. Cada x minutos los/las dependientes gritan alguna consigna, hay tanto y tan bien de precio que llega un punto en el que entras en el bucle de comprar y comprar. Con las bolsas llenas, las tarjetas temblando y la dopamina por las nubes, vista la hora que es, decidimos no acercarnos de nuevo a la playa (aunque era el plan)y marcharnos directos al hotel para disfrutar del rooftop e ir preparando las mochilas. Empieza a notarse el cansancio de estas dos semanas.


Pasos: 15.398 pasos 

viernes, 15 de agosto de 2025

Día 15 - Busan

Primer día en Busan completo. Un desayuno deluxe en la habitación con un cafecito recién hecho, que ni en París. Con poco nos conformamos, la verdad.



La primera para del día es el templo budista. Lo malo de Busan es que por mucho que estés bastante bien comunicado con transporte público, las distancias son tremendas: estamos a un metro y un bus del templo; una hora y cuarenta minutos.

Aprovecho el trayecto para poner al día el blog y observar a los lugareños, especialmente las zapatillas: se ven muchas deportivas diferentes. Al templo llegamos ya tras una pequeña caminata. Ya temprano por la mañana casca el sol que da gusto pero hoy ya todos vamos con paraguas proyectores: donde fueres haz lo que viernes.



El templo budista Yonggungsa está junto al mar y ya a primera hora de la mañana (aunque abren a las 4:30 y según pasa la mañana entendemos porqué) hay mogollón de turistas y hace un calor que clama el cielo así que tienes de souvenirs que vemos, tienda a la que entramos para parar de sudar durante 2min y bajar la temperatura corporal. Cómo hoy hay que cuidarse con semejante calor, tras la visita, la parada es clara: antes de marcharnos hay que reponer fuerzas con un café, té o zumo.


Ya un poco recuperados, ponemos rumbo a la calle BIFF: bus + metro para cruzar la ciudad. Pero a mitad de trayecto nos damos cuenta que igual es mejor cambiar el itinerario y quedarnos por la playa del norte así que, dicho y hecho: cambio de plan y nos vamos hacia la playa Gwangalli.


Al llegar se percibe verano, lugar de Costa, con los rascacielos y el puente de fondo. Lo primero es cerciorarnos que hoy sí se permite el baño ya que en la zona que estamos no hay bañista alguno pero en seguida nos damos cuenta de que es que está acostada la zona.

Decidimos donde asentarnos, cambio de ropa para ponernos el bikini y 3, 2, 1, ¡al agua patos! El agua fresca, temperatura perfecta. Mis pies agradecen ese baño como si no hubieran cenado los últimos días más que en los ultimos meses. El primer baño del año en Corea, nada mal. De verdad, totalmente recomendable la playa. Además incluso s epueden alquilar sombrillas así que para un plan de una mañana o una tarde, perfecto. Incluso se ven terracitas dónde poder tomar una cerveza fría. En la playa incluso hay duchas de playa. Un plan 10/10 el baño antes de comer.  Además, se nos acercan unas chicas coreanas que están haciendo una encuesta sobre el pase visita Busan y por responderles las preguntas con seguimos nuestro premio: no es un sello pero igual de contentas.😊😊😊


Un poco más frescos, nos vamos al Lotteria a comer, una cadena coreana de hamburguesas. Y la verdad, me gusta más que el McDonald's de aquí (teniendo en cuenta que probé hamburguesas no estándar): totalmente recomendable.


Siendo las 16:00 y habiendo caminado casi 15.000 pasos, decidimos hacer una pausa en el hotel para descansar y después salir a dar una vuelta por el barrio. Así que, una pequeña siesta cae.


A las 18:30, café en mano, nos damos una vuelta hasta Uniqlo (no nos pagcan) y...comienza el desfalco.🤣🤣🤣 Tras hora y pico, decidimos que ya es suficiente así que vuelta al hotel, previo paso por el super para comprar unas cervecitas y unas patatitas para tomarnoslas en el rooftop del hotel: hay que aprovecharlo.


Pasos: 21.221 pasos


jueves, 14 de agosto de 2025

Día 14 - Busan

Otro día más, el despertado suena temprano. Toca marcharse de la isla. Nos vamos en Uber al aeropuerto y la pasados el control, encontramos una preciada tostada para desayunar (aquí lo de desayunar salado no es lo más fácil). El avión son apenas 60 minutos y al bajar, había reseco así que compramos un par de aguas, o eso pensábamos. Al primer trago... Adiós agua, hola soju (un licor coreano).🤣🤣🤣



Entre risa y risa, nos vamos al hotel. Otra vez en Uber, como si fuéramos ricos. En una media hora entramos en la ciudad, bastante fea por cierto, llena de rascacielos sin ton ni son.

Además de hotel, donde nos alojamos son habitaciones residenciales. Según entramos ya nos sentimos Pretty Woman: decidimos darnos un caprichito siendo la última parada y pinta que así va a ser. Dejamos las mochilas y siendo ya las 11:00, el cuerpo pide un café. Así que, nos lo tomamos justo en la entrada del hotel mientras decidimos qué rumbo tomar.


Decidimos irnos hacia Haeundae así que ahí nos vamos hacia el bus. Un pequeño fallo con la Tmoney hace que me tenga que comprar una nueva; eso sí, bonita como ella sola.😍😍😍 No hay mal que por bien no venga.

Tenemos una hora de trayecto con trasbordo y el segundo bus, no carga el diablo: lleno, de pie, y con un aire acondicionado muy suave. Menudo bus que nos ha tocado. Tan malo que tengo claro que la vuelta la hacemos en metro.

Según nos bajamos, con el calorazo, el mal viaje y que es la hora de comer, entramos a comernos un sándwich y un té con hielos. Revitalizados. Nos faltaban unas patatitas así que a la salida, una visita al McDonald's para saciar nuestros caprichos.


Ya más contentos, hacemos una parada técnica para hacernos con un café y de camino, encontramos algo que no esperábamos: una máquina de vending de Kukuxumusu. Hamaikak ikusteko jaioak gara.


En Haeundae tenemos una misión clara: montar en la cápsula. En la máquina no se puede comprar la vuelta en cápsula así que pasamos por taquilla y tras algo de indecisión, la solución es clara. Vamos en el tren de las 16:00 y volvemos en la cápsula de las 17:30 (nos hubiera gustado a la inversa pero cuando no hay más, contigo Tomás).

Hacemos algo de tiempo mirando los posibles souvenirs para coger a la vuelta: a ver si conseguimos un congajo de cápsula. En seguida llega la hora de subirnos al tren, así que hacemos la cola a lo coreano, todos en orden y siguiendo instrucciones, y nos montamos en tren. Las vistas de la bahía y al mar, por los colores y la vegetación, recuerdan en cierto modo a las Baleares.


Nos bajamos en el mirador Daritol, un mirador con el suelo transparente. Otras turistas nos hacen un book de fotos, siguiendo sus indicaciones. No se puede decir que no le ponen empeño. Además de las risas, nos llevamos unas fotos. Hacemos la caminata hasta  Cheongsapo con la brisa del mar y el sol y sombra. Totalmente recomendable. Es entendible que la gente de la zona utilice este paseo como si fuera Zarautz-Getari.

Tras las fotos de rigor del tren y de las cápsulas, es nuestra hora de volver, pero está vez en cápsula. Nos recuerda un poco a la montaña suiza del Monte Igeldo. En nuesteo caso, vamos los cuatro en una cápsula y totalmente cómodo (habíamos leído que se iba de dos en dos pero para nada). El paseíto de vuelta, con el sol escondiéndose detrás de la nube, dura unos 20minutos, tiempo de sobra para hacer las fotos pertinentes y disfrutar.


Ya en Haeundae beach, la intención es pegarnos un baño, pero nuestro gozo en un pozo ya que al asomarnos a la playa, vemos que nadie se está bañando por haber bandera roja. Intentamos subir al Starbucks más alto del mundo por ver las vistas pero como entendemos que es dentro de un mirador de pago, abortamos misión. Visto lo visto, solo nos queda pasar por el Olive Young y cogernos unas mascarillas para el spa nocturno.🤣🤣🤣


De camino a casa, pasamos por una panadería y por un París Baguette para hacernos con el desayuno. Cogemos el metro y es el primer momento en el que percibimos algún momento algo de racismo cuando la chica que está  sentada al lado, en cuanto se libra el asiento de al lado se cambia. Al final, todos somos la minoría en algún punto del mundo.

Al llegar al alojamiento, hacemos el check-in y llegamos al pequeño lujo: una habitación con cocina y lavadora y secadora, todo domitizado y lo mejor: una ducha de verdad y no un baño húmedo. El paraíso en la tierra ahora mismo.


Tras la visita al super, solo toca la duchazo, mascarilla, cena en pijama y a visitar a Morfeo.

Pasos: 15.927 pasos