Tripas llenas, mochilas echas y dejadas en recepción. Antes de arrancar nos recomiendan en el hotel coger los billetes para el aeropuerto de ante mano así que como estamos al lado, ahí que vamos. La verdad es que se pueda comprar en la máquina nos facilita mucho.
Hasta ahora nos hemos manejado sin problema en autobuses con Naver pero hoy parece que no quiere: no coincide lo que pone en la aplicación con lo que pone en la pantalla. Así que puesto que no podemos ir a la torre, decidimos ir primero al Palacio Donggung y al estanque Wolfi ya que pasa justo el autobús. Agradecemos que no casque el sol y que esté nublado mientras vemos el palacio y alguno ensaya alguna coreografía de K-pop.😜😜😜
Am acabar, y viendo la hora que es, decidimos coger un Uber y acercarnos a la Torre de Gyeongju ya que no pasa ningún autobús. Y allí que nos plantamos en un Uber en el que casi me da un jari entre la conducción y el cinturón de seguridad que me aprisiona.
Y al llegar a la torre....la torre no es como nos la imaginábamos.🤣🤣🤣🤣 Es una especie de EXPO que al final hemos decidido visitar. Ahí ya os digo yo que no había occidentales a 10km a la redonda.🤣🤣🤣🤣 Pero ahí vamos con todos los locales: visitamos uno de los museos, además de la zona infantil donde está vez también coloreamos los animales imaginarios que presentan por además, ¡se vuelven reales!
Tras subir a la torre, teniendo en cuenta que ha empezado a llover y al ser ya la hora de comer, emigramos al centro. Y de nuevo un Uber.
En el mercado Seong-dong, nos cruzamos con prácticamente todo locales, haciendo sus compras en el mercado: la fruta, el pescado, el Kimchi... Y más adelante, encontramos unos cuantos puestos en los que se puede encontrar Tteokboki y frituras varias. Y ahí donde nos da al ojo, nos sentamos en la zona interior que tienen destinada a ello. Nos cuesta entendernos con el señor pero al final ya nos hacemos entender y todo va sobre ruedas. Incluso nos llega a ofrecer al final unas bebidas de cortesía. Todo muy rico. Tanto que por un momento se me olvida que en Corea no aceptan propinas y le digo que se quede con el cambio. Al pobre casi se le salen las manos de negar la mayor.
Puesto que está lloviendo, decidimos coger un autobús para acercarnos al hotel. Recogemos las mochilas y nos vamos a tomar un café al lado mientras hacemos algo de tiempo para coger el autobús hacia Busan.
Como la terminal de autobuses está al lado del hotel tardamos poco en llegar. El autobús aparca en la dársena correspondiente a la hora puntual. Un bus de 3 filas, cada uno vamos en nuestro asiento individual. Tiempo de relax mientras llueve fuera: dormir, ponerse al día,...
Llegamos puntualisimo al aeropuerto. Un cartel en el baño nos hace tener dudas de si se puede o no llevar líquidos en la maleta de mano. Así que mañana tocará preguntar para ver si hay que facturar obligatoriamente o no.
Buscamos el autobús urbano que nos acerque al hotel cuando se nos acerca un señor, posiblemente un taxista pirata, que en lugar de ayudar nos dice que no hay autobuses a Busan. Raro cuanto menos. Y es ahí cuando a pocos metros vemos como arranca nuestro autobús. 'Orzuelo pa' ti!' es la primera vez en el viaje que nos intentan 'timar'. El autobús llega en seguida y llegamos al alojamiento donde nos dicen que a qué hora queremos que nos acerquen al aeropuerto. ¡Alegría! Ya que no había metro tan temprano (cierto es que cuando nos lo comenta nos suena que era una de las razones para haber escogido el alojamiento).
Instalados, nos acercamos a cenar a la tienda GS25 más cercana y decidimos tener una full experience cenando allí mismo con los lugareños. Solo queda desmontar y montar la mochila (porque en mi caso la ropa interior tiene que ir abajo por distribución de espacio) y descansar. Mañana el día comienza muy temprano de nuevo.
Pasos: 13.830 pasos
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