domingo, 8 de julio de 2018

Día 5 - Kuala Lumpur

Último día en Kuala Lumpur. Mochilas al hombro y lo primero hasta KL sentral para dejar las mochilas en la consigna (pequeña, 20/grande,50). Ya con los deberes hecho, lo primero es desayunar un café latte con hielos. Nada entra mejor, la verdad.

Los billetes del KTM se sacan en máquina. Primera máquina, sólo conseguimos obtener un billete; se avería. Segunda máquina; obtenemos el segundo billete y... se avería la máquina.😂😂😂😂😂 Con la risa floja, llegamos al andén 4, donde nos toca esperar algo más de la cuenta ya que el tren no llega. Ahí, es donde avistamos a otros euskaldunes; el oído nos lo confirma.😂😂😂 Pues no somos tantos millones pero siempre te encuentras a alguien vayas a donde vayas.

Casi una hora más tarde, llegamos a Batu Cave. El sol pega y se nota. Las casi 300 escaleras pican un poco, aunque se lleva mejor debido a los macacos que tienes que ir esquivando. Nuestro error: entrar primero a la cueva en lugar de coger los tickets de la excursión ya que luego vamos a tener que esperar al siguiente grupo.

Visitamos a los monos, esquivarlos palomas, y mientras hacemos tiempo la la excursión de la dark cave, nos sentamos para reponer fuerzas: unas palomitas que teníamos de ayer, unos frutos secos, una manzana, algo de agua. Nos relajamos, tanto que en un momento uno de los monos de acerca ¡y nos roba el botellín!😂😂😂

En seguida llega nuestro turno y provistos con cascos y linternas, nos adentramos a la cueva de la mano de nuestra guía. Una visita amena e interesante. Una hora más tarde, salimos y nos vamos a comer algo a un indio que hay. Muy curioso como sacan las salsas.

Cargadas mínimamente las pilas, nos vamos al tren, donde la espera de nos hace algo más corta gracias a una niña que nos dedica unos bailes y unos cantes.

La tarde no se nos da tan bien como esperamos. Bajamos un par de paradas antes con la intención de ver la mezquita Jamek que ayer se nos quedó pendiente. Sin embargo, al llegar, pone que hoy está cerrada. 😡😡😡 Así que, para variar, buscamos refugio en un iced latte. Más tarde, volvemos al templo chino que ayer estaba cerrado ya que hemos leído que cierra a las 7, pero ¡sorpresa! También está cerrado y nadie sabe porqué. Así que, seguimos hacia little India. Ahora, nos cuesta llegar ya que no hay más que obras en esa zona que no nos deja llegar.

Teníamos la idea de que habría alguna especie de mercado o así con especies pero finalmente, nos encontramos con un barrio en el que viven mayoritariamente los indios y aunque sí hay tiendas específicas, no encontramos esa esencia.

Decidimos cenar algo en la estación antes de irnos al aeropuerto: con diferencia la peor cena de todas; está fría, no se corresponde con las imágenes y no sabe a lo que debería. Para resarcirnos de semejante fiasco, acabamos con un helado del McDonald's que nos sabe a gloria.

Recogemos las mochilas de la consigna y nos vamos en el KLIAekpress al aeropuerto. Hemos cogido un hotel en el aeropuerto ya que mañana nos toca madrugar. Tras haber estado un par de noches en un lugar,dejémoslo, modesto, la ducha y la cama del hotel nos parece la última maravilla. La cama nos atrapa. Eso sí, por breve tiempo.




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