miércoles, 11 de julio de 2018

Día 8 - Lombok

Comenzamos el día desayunando sobre las 8.30: pancake, fruta y zumo de frutas. La verdad es que así da gusto comenzar el día. A la hora prevista, las 9.00, aparece nuestro conductor pero ¡sorpresa! No es Roy sino un amigo.

Recogemos todo, nos despedimos de Rafi. Ha sido super hospitalaria y amable. Merece la pena ir a Rasti Homestay. Sin duda, si volvemos a Lombok, volveremos.

Rajim, nuestro conductor de día, nos confiesa nada más arrancar que es la primera vez que hace la ruta que le hemos pedido.

La primera parada es Pura Lingsar, un templo que combina distintas religiones. Es curioso que así sea. Es lo que lo hace más especial. Tras la propina a los monjes y al guía, nos marchamos dirección a Pura Meru.

Nos cuesta encontrarlo. Más bien, al conductor. Nos deja en uno de los miles de templos que hay pero ese no es Pura Meru. Volvemos a decírselo, finalmente, un rato más tarde, aunque le cuesta, lo encontramos. Nadie en el templo. De hecho somos los primeros del día. Sin embargo, para mí, no tiene nada.

De vuelta a la carretera, ponemos rumbo Pura Batu Bolong. El trayecto vuelve a ser largo así que nada mejor que seguir un rato leyendo o durmiendo, que nunca está de más.😜😜😜

Al llegar nos sorprende  la localización: el templo está junto al mar, al lado de una playa. Posiblemente es lo que lo hace más especial. Tras su visita, un pequeño piscolabis antes de seguir el camino hasta Senaru. Nos queda todavía 2h de coche hasta allí. La verdad es que entre que el camino tiene muchas curvas y la forma de conducir de los indonesios es difícil ir tranquilo en le coche. 

Finalmente, sobre las 3, llegamos a Senaru. Las vistas del alojamiento son una pasada: tenemos una terraza desde la que se ve la cascada. Se nos ha hecho tarde así que nos vamos a comer algo.

Senaru no es muy grande. Realmente todo lo que hay está a ambos lados de la carretera. En el primer local que vemos, entramos a comer. Y con la tripa, lo único que nos espera es una buena siesta en la terraza con elonte Rinjani y la cascada de fondo. Pequeños placeres.

Nos despertamos ya a la anochecer. Seguimos de relax un rato hasta que hacemos un poco de hambre. Así que cambiamos de local y lo ubicamos uno en el que nos sirvan cerveza (a precio de oro) y unas patatas fritas. Estamos de antojos. De hecho, es acabar con el tragoe irnos a una tienda a por chuches y cerveza: hay una terraza que nos espera.

Aunque las que nos esperan antes son dos lagartijas en la habitación que al encender la luz corren a su escondite. Mi grito se escucha en todo Lombok y parte de Bali.😂😂😂 Qué le vamos a hacer: soy asustadiza y más de ciudad que el asfalto.

Pero la noche estaba llena de sorpresas. J, al ir al baño,se encuentra con su peor enemigo: una araña del tamaño de su palma. Ahí nos veis, dando saltos, zapatilla en mano para ver qué hacemos. Al final, con un zapatillazo, se 'soluciona'. Eso sí, además de dentro de la mosquitera, yo duermo con pantalón largo y calcetines por fuera: pintas mejor que picotazos. Un poco de lectura más y a dormir.







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